Durante estos días estamos viendo como en las diferentes localidades de la Comunidad Valenciana los propios vecinos han tomado la iniciativa a la hora de barrer las calles y auxiliar a las personas afectadas por las inundaciones.
También hay que hacer especial mención a todos esos inmigrantes que han contribuido a extraer agua con cubos de los establecimientos y viviendas inundadas y han hecho de comer para los ciudadanos afectados por la tragedia. Estos son los inmigrantes que sufren las diferentes formas de discriminación por parte de la derecha y que incluso los relacionan con robos y delincuencia intencionadamente para sembrar odio entre la propia clase trabajadora.
Toda esta catástrofe nos ha enseñado una serie de lecciones que debemos tener en cuenta y es que la clase trabajadora en momentos como estos donde impera el caos, es capaz de organizarse por sí misma estrechando lazos de solidaridad de manera colectiva. Y por supuesto también denunciamos la política llevaba a cabo por las grandes superficies como Mercadona e Ikea que han sido incapaces de paralizar la producción con tal de salvar sus beneficios económicos (que nosotros mismos generamos) y la completa inoperancia del aparato estatal. Todo esto ha empeorado la situación y conducido a más gente al matadero.
Otra vez más la clase trabajadora ha demostrado que ante situaciones convulsas de esta magnitud puede dirigir la sociedad.