Hoy es más necesario que nunca, dada la escalada belicista que impera en el mundo y la crisis económica que parece no tener fin, recuperar el sentido originario del 1º de mayo, su sentido de lucha para conseguir derechos. Sí, es necesario recordar que el 1º de mayo no es un día festivo sin más, sino que se celebra de forma internacional para recordar y homenajear, a aquellos trabajadores y trabajadoras de Chicago que lucharon, entre otras, por la jornada laboral de 8 horas y fueron reprimidos y asesinados en 1886, los Mártires de Chicago.
A los trabajadores nunca se les ha regalado nada; muchos de los derechos de los que hoy se disfrutan son fruto de luchas y movilizaciones, desde la jornada laboral, hasta el descanso semanal, el salario mínimo, las vacaciones pagadas, permisos y licencias, la seguridad social, indemnizaciones por despidos, seguridad e higiene laboral, derecho a huelga…
Hoy día el 1º de Mayo es un día “descafeinado”; los estados han querido convertirlos en un simple día festivo, sin importancia. ¡Ojo, concebirlo así es un caramelo envenenado a la larga! Cómo no tiene importancia incluso se puede perder, como algunos políticos proponen en Francia para que en ciertos sectores los trabajadores “tengan la libertad” de aumentar sus sueldos. ¡No, lo único que aumentarán serán las ganancias del capital!
Hay que pensar a futuro, pues la historia ya ha demostrado muchas veces que los derechos que no se defienden, se pierden. Los trabajadores necesitan volver a recuperar la confianza en sí mismos, en la gran fuerza internacional que supondría estar organizados a todos los niveles.
Nuestros enemigos son los mismos en cualquier lugar del mundo: la patronal. Contra ellos, y su sistema -el capitalismo-, la organización y unión, incluso internacional, es fundamental, para combatir la pérdida de derechos y los ataques del capital.
¡VIVA EL 1º DE MAYO!