Con la que está cayendo y llueve sobre mojado.
No es suficiente que a día de hoy la reforma laboral del PP no haya sido derogada que encima nos cae la pandemia. La nueva situación está provocando más aún la precariedad de los trabajadores, trabajadoras y no solo en el ámbito salarial y de derechos sino también en los derechos de la salud.
Como trabajador perteneciente al sector socio-sanitario, concretamente al SAD (Servicio Ayuda a Domicilio), nos encontramos en una situación de vulnerabilidad total, por todos los frentes. A nuestros compañeros que pertenecen al mismo sector socio-sanitario pero que trabajan en las residencias, se les aplica el anexo I Actividades especialmente peligrosas del RD 39/97 e igualmente pertenecemos al grupo de actividades esenciales durante el estado de alarma. Pero a nosotros no se nos aplica el anexo I dejándonos desprotegidos ante la Covid19 y nos preguntamos ¿Por qué?
Nuestro trabajo conlleva que no podamos guardar la distancia de seguridad con los usuarios, por lo que exigimos que las empresas nos doten de mejores y más eficaces medios de protección. Ahora se está dotando de mascarillas para que la usemos por 4 horas en vez de usar una mascarilla por usuario y así no propagar el contagio en caso de que lo hubiera, pues no es lógico que dentro de un domicilio te cambies de guantes y no hagas lo propio con las mascarillas.
Por esta razón principal y otras como acabar con la precariedad salarial, mejorar en la formación y volver a ser un servicio público en manos públicas y no en manos privadas, que solo buscan su beneficio personal. Solo hay que ver las noticias de la situación en las residencias de mayores para ver que la gestión privada busca el beneficio privado siendo los mayores, dependientes y auxiliares relegados a meros instrumentos. El sindicato CGT ha convocado en Andalucía una huelga para el día 25 de septiembre, para dar visibilidad a un sector fundamental en el plano humano.