No le ha quedado más remedio que reconocer, aunque sea con la boca pequeña. Los obispos españoles asumen así, por primera vez, la responsabilidad del clero ante los casos de pederastia en España, aunque consideran que no son tantos.
Esta “mea culpa” con ser un logro, no deja de ser insuficiente; y tanto más que la iglesia católica sigue escurriendo el bulto pues considera que el problema de la pederastia “va más allá de la Iglesia”. Viene después de múltiples denuncias y gracias al activismo de asociaciones y organizaciones laicas. Aún así no hay una auditoria real, un control real de todos los casos de abusos ya que la Conferencia Episcopal no ha parado de poner trabas, problemas y aplazamientos.
Los obispos españoles, ante un informe del Defensor del Pueblo en manos del socialista Ángel Gabilondo sobre la pederastia del clero, han manifestado su “dolor por el daño causado por algunos miembros de la Iglesia”, … consideran “valiosas” las recomendaciones del documento. En concreto, se han mostrado abiertos a “trabajar conjuntamente en la reparación integral de las víctimas y profundizar en los caminos para su protección, su acompañamiento y la prevención de los abusos”.
Al parecer, El Defensor del Pueblo en su informe apunta a la posibilidad de crear un fondo de compensación, en el que colabore la Iglesia, para indemnizar a los afectados. Según el estudio, son un 1,13% de la población, porcentaje que equivale a unas 440.000 personas. El Defensor del Pueblo … “urge al Estado a poner en marcha las recomendaciones que el informe realiza a sus distintas instituciones, para asumir su responsabilidad en la tarea conjunta de poner fin a esta lacra que afecta a toda la sociedad, como señala el mismo informe”.
Ante tal respuesta, organizaciones ciudadanas, como “Europa Laica” consideran que es inaceptable que el Estado asuma los pagos a las víctimas de abusos eclesiales y recuerda que cada año la iglesia católica recibe miles de millones: “Recordemos, a este respecto, que la institución que ha propiciado y ocultado los abusos sexuales no carece de recursos económicos, y que su inmensa riqueza la ha acumulado en gran parte precisamente gracias a la ‘generosidad’ del Estado, a través de la acción o inacción de los distintos gobiernos pre y postconstitucionales”. Sus cálculos estiman que la Iglesia Católica recibe del Estado 12.000 millones de euros anuales “entre asignaciones directas, exenciones de impuestos, asignación tributaria, etc.”
No se puede seguir subvencionando a organizaciones ni públicas ni privadas que hayan cometido tales atrocidades y además, con semejante historial, al igual que dice “Europa Laica” es necesario cortar de raíz toda relación de la Iglesia con la educación de la infancia.
A lo que añadimos que todos estos abusos, ocultados y silenciados y ahora apenas reconocidos, son crímenes que exigen justicia y una verdadera reparación.