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Pedro Sánchez, adelanto electoral para defraudar como siempre

Pedro Sánchez ha adelantado las elecciones generales, tras los malos resultados electorales del 28M; su reacción ha sido rápida. Aunque las elecciones generales son distintas, el aviso a navegantes ha sido claro y ha decidido intentar revalidar su presidencia antes que la caída sea mayor -por lo menos aminorar el golpe-, y obligar a Podemos a pactar con Sumar.

Los socialistas este 28M han perdido votos, pero no están perdidos. Aún. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, han perdido solo 472 votos, así que ¡tienen que convencer a los que se quedaron en casa! En las municipales han perdido 403.741 votantes que tendrán que volver a convencer y hay que hacerlo rápido, al calor de la decepción que acaban de sufrir. Tras sus cálculos hay un intento de frenar la pérdida de votos pues la abstención es grande; por ejemplo, el 36% de los llamados a votar en las municipales no lo hicieron: ¡casi 13 millones de votantes! En 104 municipios, según el diario “Público”, se abstuvo más de la mitad de la población.

Así pues, Sánchez quiere forzar el voto de la población de izquierdas o progresista que se ha abstenido, que puede reaccionar ante la mayor presencia de PP y Vox en municipios y comunidades por los pactos que se van a hacer. Con el miedo a la derecha -que es real- quiere conseguir revalidar su presidencia.

Agitar el fantasma de la derecha puede funcionar pues es cierto que a la derecha hay que temerle y más en este contexto de crisis en el que vivimos. Añadirán para convencer alguna medida cosmética que esperemos esta vez sea menos insultante para la población, -como la de ofrecer cine a los pensionistas a 2 euros-. De igual forma, pudiera ser que algunos de los que pensaban votar Sumar se decanten por los socialistas -dado el hundimiento de Podemos- por aquello del voto útil. En resumen, Pedro Sánchez ha puesto el engranaje electoral a funcionar rápidamente, para que se vote “lo menos malo”.

Sin embargo, este no es buen camino; ya se ha constatado que en medio de una crisis económica como la que vivimos, dónde los recortes golpean a las clases populares, dónde la precariedad se instala entre los trabajadores -sobre todo en los más jóvenes- dónde para sobrevivir se requiere el pluriempleo, etc. el desencanto se instala entre parte de la población. Los datos, en parte, lo corroboran: las mayores abstenciones en las municipales se han dado en las zonas más pobres. Y tras el desencanto puede venir la frustración y el voto a la derecha. Recordemos hace apenas 6 meses, el resultado de las elecciones en Italia, con la victoria de Fratelli d’Italia, la extrema derecha.

Lo que a día de hoy empieza a resultar más incongruente es seguir utilizando los mismos argumentos, las mismas tácticas, que no solo en esta contienda electoral del 28M, también en anteriores, han resultado poco exitosas: a las izquierdas les va mal porque van separadas. Poco importan los datos, que se haya tenido un mal resultado electoral en lugares donde había candidaturas conjuntas, como Barcelona o la comunidad valenciana. ¿Será entonces porque han hecho políticas de derechas?

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