En Gaza, la guerra de exterminio de Netanyahu y el ejército israelí continúa; quieren hacer limpieza étnica. Y no sólo por las mortíferas bombas, también por el hambre. Mujeres y hombres, ancianos y niños en Gaza se amontonan sobre los restos de comida que a cuenta gotas dejan pasar. Y mientras tanto los países europeos, con EEUU a la cabeza, callan. O protestan con la boca pequeña diciendo que es necesario dejar que entren alimentos. ¡Alimentos que llevarán empresas norteamericanas contratadas para tal efecto!
El problema palestino-israelí no es de hoy. En el siglo XIX se crea la corriente nacionalista del pueblo judío que pretende resolver los problemas de antisemitismo, creando un estado en Medio Oriente. Es el sionismo, que no hay que confundirlo con el pueblo israelí. Esta corriente sionista fue en seguida apoyada por el imperialismo inglés, con la declaración Balfour, para la creación de un Estado judío en la zona.
Después de la primera guerra mundial y la desaparición del Imperio turco, la zona de Medio Oriente fue repartida entre el imperialismo británico y francés que determinaron artificialmente los países y Estados que hoy dominan la zona. Estaban interesados en tener un estado aliado para el control comercial y riquezas de Oriente Medio. Este es el papel que cumple Israel. Es el Estado guardián de los intereses del imperialismo. Hoy es EEUU el que está detrás del genocidio palestino.
Detrás de todos estos intereses no hay más que la locura de unos multimillonarios que dominan la economía y los Estados para su codicia. La humanidad no podrá sobrevivir si seguimos en sus manos. Mientras dejemos las riendas a la clase capitalista, la evolución reaccionaria, militarista y bárbara de la sociedad seguirá su curso.
El capitalismo con rostro humano nunca ha existido y nunca existirá, pero el capitalismo senil es cada vez más bárbaro. Es necesario que la clase trabajadora tome conciencia de que la única salida para la humanidad es acabar con el capitalismo y recuperar las ideas comunistas revolucionarias.