Gran Bretaña acaba de organizar un referéndum en las Malvinas, un minúsculo archipiélago del Atlántico Sur, situado a más de 130.000 kilómetros de las costas inglesas, donde viven a penas 2.500 habitantes y más de 500.000 ovejas.
Sin sorpresa, los 1.672 electores han votado el lunes en un 99,8% a favor del mantenimiento de la isla bajo la soberanía del Reino Unido.
El gobierno británico buscaba ahora dar un aval democrático a la ocupación de esta islote, es para justificar su dominio sobre los yacimientos marítimos de petróleo descubiertos en las proximidades.
Pero en 1833, cuando el imperialismo británico se apoderó de estos territorios que pertenecían a Argentina, no le preocupó la menor elección. Y, en 1982, Thatcher, la primera ministra inglesa, recupero a cañonazos las Malvinas que le disputaban los dirigentes argentinos, una guerra que provocó centenares de muertos.
El gobierno argentino tiene buenas razones para denunciar una maniobra que solo se dirige a justificar una ocupación iniciada en los mejores momentos del colonialismo británico y que se perpetúa.
Traducido por F.P.
Tomado de Kaos en la Red