La semana pasada el gobierno aprobó el decretazo para la reforma de la estiba. Los estibadores han anunciado huelga a partir de la primera semana de Marzo: paros parciales en días alternos, durante tres semanas, mostrando así su rechazo a que la reestructuración del gremio se haga desde arriba.
Como cada vez, se intenta criminalizar a los trabajadores que luchan por no perder derechos; el gobierno no para de aludir a la multa que va a imponer la Unión europea si no se aprueba la nueva normativa de la estiba y desde muchos medios de comunicación se alude a los altos sueldos de los estibadores, a sus privilegios, al mal que van a causar a la economía, etc, etc, etc… ¡Lo de siempre!
Un aspecto muy importante e interesante del movimiento de los estibadores, es que tienen apoyos a nivel internacional. Estos trabajadores están coordinados a través del Consejo Internacional de Estibadores (IDC, por sus siglas en inglés), y ya han declarado que si el gobierno español persiste en su actitud habrá movilizaciones a nivel mundial no sólo europea, de forma que incluso si las navieras decidieran desviar el tráfico a otros puertos, como Tánger o Marsella, también habrá allí apoyos. De hecho hace tan sólo unos días ha habido en Algeciras un encuentro de estibadores de varios países mostrando su apoyo a los compañeros españoles.
El gobierno dice como excusa, que la Unión europea viene intentando que España cambie el modelo portuario, porque “impide” la libre contratación de trabajadores en cada puerto. Esto, hablando en claro, quiere decir empeoramiento de las condiciones laborales actuales, el paquete completo: ERES, despidos, bajos salarios, jornadas interminables, pérdida de derechos…
Sacralizar la libertad de contratación en el marco de la sociedad capitalista no es más que enmascarar la realidad de que será la dictadura de las empresas las que impongan las condiciones de contratación.