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Los cribados del cáncer de mama: la privada, hace caja

El escándalo en los cribados del cáncer de mama en Andalucía sigue en pleno auge. Las últimas noticias del diario El País indican, que el origen de la desaparición de las notificaciones a las mujeres, fue la subcontratación; al parecer las notificaciones fueron subcontratadas con una empresa privada, que después no lo hizo. La Fiscalía Superior de Andalucía dice que va  a  iniciar  diligencias  para  investigar  los  posibles “errores”, que son miles. Que se investigue, muy bien, pero no son errores, sino recortes, decisiones políticas para darle a las empresas privadas dinero público.

Y por si la cosa no fuese suficientemente grave,  el  consejero  de  Sanidad,  el  “pepero”  Antonio Sanz, llegó a pedir a las mujeres de Amama, la asociación gracias a la cual se está conociendo el problema, que dejaran de “lanzar infundios”, aunque horas más tarde el propio SAS reconocía que una caída del sistema de Clic Salud había impedido “temporalmente” acceder a las pruebas. Pero días después, restablecida la caída, muchas mujeres se toparon con la maniobra criminal que sus mamografías ya no tenían la marca que indicaba que su lesión era sospechosa, o desaparecía el nombre de su radiólogo.

El cribado ha fallado porque los recortes y la privatización  matan.  Mantener  la  salud  pública  en condiciones dignas es imposible tras décadas de recortes, hechos tanto por PSOE como PP. Con el deterioro de los servicios públicos buscan propiciar los seguros privados, esos mismos que a la hora de la verdad, ante casos u operaciones graves, terminan remitiendo a la pública.

Esta situación lleva años y responde a la estrategia de los capitalistas que, ante la crisis en otros sectores, quieren hincar el diente en la tarta de la sanidad, que es muy golosa. En España 1 de cada 4 personas en la actualidad tienen un seguro de salud privado; la mitad de los más de 400 hospitales privados existentes tiene algún tipo de concierto con la Administración.

 Y he aquí las consecuencias…