En nuestro sistema capitalista el paro no es más que la mano de obra de reserva para la explotación del capital. A más paro, el “ejército de reserva” de la patronal, obliga a mantener salarios bajos para que sus beneficios sean mayores. Los salarios no son más que el coste de mantener la fuerza de trabajo en condiciones para la jornada productiva.
La diferencia entre lo que produce la clase trabajadora y el coste de su mantenimiento – el salario-, son los beneficios de la patronal al venderlos en el mercado. Así en una sociedad capitalista que se produce por los beneficios privados, hay que mantener los salarios los más bajos posibles. Y esto se hace de dos maneras: o se aumenta el tiempo de trabajo, con el límite del agotamiento físico, o se aumenta la tecnología para producir en el mismo tiempo más mercancías. Esta segunda manera de explotar a la gente trabajadora es la preferida por el capital, pero necesita de una inversión mayor. Por ello si la tecnología puntera necesita menos horas de trabajo, se utiliza la flexibilidad laboral, los “fijos discontinuos”, el empleo temporal, la cadena de subcontratación o las rotaciones en el mismo puesto de trabajo. El caso es abaratar costes salariales pues ahí están los pingües beneficios.
Para cierta izquierda reformista la solución para tener empleos y salarios de calidad es el modelo productivo: es decir apostar por más tecnología para aumentar la productividad. Pero esto no es más que una falacia. En un sistema mercantilista donde los beneficios empresariales son la brújula de la economía, cualquier desarrollo tecnológico o científico aplicado a la economía necesita limitar y precarizar los salarios pues es la única forma de elevar los beneficios para los accionistas. Solo los grupos empresariales que cotizan en la bolsa española ganaron 62.724 millones de euros en 2024, un 24% más que el año anterior.
Podremos y debemos luchar contra esa precariedad laboral con la herramienta de la lucha obrera, las huelgas y la movilización. Podremos conseguir frenar el deterioro de la clase obrera y de los sectores más débiles en un momento dado, no eliminarlo, por ello tenemos que tener siempre en nuestro objetivo y programa de lucha acabar con el sistema capitalista, expropiar a los expropiadores de los capitalistas.