La muerte y el terror comienza de nuevo a cobrarse víctimas inocentes. La muerte de tres jóvenes israelíes a manos de sus secuestradores ha desatado otra vez la respuesta criminal del Estado de Israel. El ojo por ojo significa la muerte de niños y civiles palestinos inocentes que viven en condiciones precarias esperando que sea reconocido su derecho a tener una Palestina libre.
La desigualdad entre los israelíes y los palestinos es total: mientras que Israel está apoyada por el imperialismo norteamericano, tiene el mejor ejército de la zona y vive con ciertas condiciones de vida europeas. Por el contrario los palestinos abandonados de todos, viven en condiciones precarias y cada vez más dominados por los sectores islamistas más reaccionarios como Hamas.
El nacionalismo, el defender un estado y una tierra propia para la protección de sus habitantes es la raíz del problema. Tanto los israelíes como los palestinos tienen derecho a unas condiciones de vida dignas en una tierra libre y de todos. El sionismo e integrismo judío ha propiciado este conflicto y su respuesta islamista no hace más que azuzarlo. La única salida sería buscar una solución igualitaria y entre los trabajadores fuera de los interés imperialistas.
La guerra de Irak, Irán y todo el medio oriente es un polvorín que puede estallar en más muerte y sufrimiento para la población trabajadora y los más pobres de toda la zona.