Tras 6 años de lucha, 18.000 falsos autónomos detectados por la inspección de trabajo y 50 condenas, el gobierno aprobó este martes una ley que regulariza el empleo de los «Riders» o repartidores de empresas como Glovo o Ubereats. Las empresas tendrán 3 meses para contratarlos como empleados.
Como el Tribunal Supremo ha reconocido en varias sentencias, los repartidores no son independientes, gestionando la empresa los encargos, dirigiendo e incluso penalizando a los trabajadores. Dejando al repartidor elegir solo el camino y su vehículo.
Esta llamada «uberización» de los trabajos, con la figura del falso autónomo, que afecta a más sectores como el del taxi, no es más que el intento de las empresas de aumentar sus ganancias en este sistema capitalista. Una ley de la selva donde ya ni se paga la seguridad social. La nueva ley puede ayudar a parar estos excesos, pero es en su propia lucha donde deben confiar los «Riders», puesto que las empresas no van a parar en su intento de buscar beneficio a costa de precarizar el empleo.