Los trabajadores de Renfe y Adif, empresas públicas que dependen del Ministerio de Fomento, han iniciado una huelga de 24 horas en vísperas del puente de primeros de noviembre, como medida de presión contra la división de estas en varias empresas.
Este intento de división viene precedido de la presentación de un ERE por parte de Adif, que afectará a un 2% de la plantilla; y Renfe ya anuncia para el próximo año otro ERE que afectaría a unos 300 trabajadores. Estos EREs y la intención actual de segregar ambas compañías hacen temer a los trabajadores que el camino emprendido lleva a la privatización, con la merma del servicio público que ello supondría y el despido de trabajadores.
Pero está claro que a este gobierno ni le importa la seguridad en los trenes, ni la suerte de los trabajadores. Por ello dicen los trabajadores de estas empresas que la huelga de 24 horas solo será un comienzo de sus luchas.