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Esclavitud: una deuda inconmensurable

Publicamos extractos del periódico Combate Obrero del 19 de octubre, publicado por nuestros compañeros de la organización trotskista antillana Combate Obrero (Combat Ouvrier – UCI).

La reivindicación de reparaciones del Estado francés y de otros Estados que practicaron hace mucho tiempo la esclavitud, para los descendientes de esclavos, sale periódicamente a la luz, sin haber conseguido hasta el momento un acuerdo. Una asociación, el CRAN (Consejo representativo de las asociaciones negras) reclama  las compensaciones financieras por la esclavitud que la ley Taubira del 10 de mayo de 2010 reconocía como un crimen contra la humanidad. (…)

Memorial Antillas

El periódico Combate a Obrero recuerda que las indemnizaciones ya se efectuaron, en el momento de las aboliciones de la esclavitud, pero, añade, los mejor indemnizados fueron los propietarios de esclavos y los Estados esclavistas desposeídos de sus tierras, de sus esclavos y de los medios para enriquecerse gracias a esta odiosa explotación. En 1825, el Estado francés aceptó reconocer la soberanía de Haití a cambio de 150 millones de francos oro, deuda que fue reducida a 90 millones. La nueva república de Haití aceptó este acuerdo, lo que endeudó al país hasta 1946 y contribuyó a la miseria de la población. El CRAN se plantea  litigiar con la Caja de depósitos y consignaciones que en esa época gestionaba el fondo de esta indemnización.

En 1833, las Antillas británicas indemnizaron con un importe de 20 millones de libras, una suma colosal para la época, a 3 000 antiguos propietarios de esclavos. Igualmente, el Estado francés, en 1849, indemnizó a los colonos por la liberación de 250 000 esclavos en las Antillas, Guayana y Reunión.

Así pues, los explotadores han sido indemnizados generosamente por haberse visto obligados a renunciar a un crimen contra la humanidad perpetrado durante más de tres siglos, y que generó la prosperidad de las grandes familias y de las grandes ciudades de Francia y de Inglaterra. Los antiguos esclavos y sus descendientes no tuvieron derecho a nada, sino a recaer en la esclavitud asalariada que perdura hasta hoy.

La reivindicación de reparaciones formulada por las asociaciones negras parece pues muy escasa en relación al perjuicio sufrido. Ya que para darse un aire políticamente correcto y aceptable por la sociedad burguesa, estas asociaciones no reivindican reparaciones individuales que podrían facilitar la vida de las poblaciones pobres. Ellas tratarían  de conseguir fondos para instaurar la «transparencia» de los medios de investigación, crear museos, crear una comisión encargada de clarificar los informes de la época. E incluso se trataría de ayudas financieras otorgadas a los Estados africanos, vaciados de una gran parte de sus fuerzas vivas por el tratado, o que permitiera contemplar más cómodamente una independencia para los dirigentes nacionalistas de las Antillas. Esto no repararía nada de lo que afecta a los más desheredados.

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Pero sí, la burguesía mundial tiene una deuda colosal con los descendientes de los esclavos, como con todos los trabajadores. Erigió su fortuna sobre la trata de negros, sus beneficios con su sangre y su sudor. Esta deuda es tan enorme que es imposible cifrarla. En ningún caso puede limitarse a algunas ayudas financieras, una limosna que ni siquiera la burguesía en el poder no está dispuesta a pagar. La única reparación posible del perjuicio sufrido por todos, los descendientes de esclavos y los pobres del mundo, es la expropiación de sus explotadores. (…)

Traducción de un artículo de Lutte Ouvrière por F.P.