Esta empresa, que despide a los trabajadores que intentan organizarse sindicalmente, que paga poco y mal y que mantiene a los compañeros que allí trabajan, en situación de miedo permanente al despido, tiene otra cualidad junto con la de explotadora: tienen muy buen olfato para rastrear dinero público.
La Junta de Andalucía les ha dado ayudas multimillonarias, se les ayuda para que crezcan en otros países, se les promociona como empresa modelo, pero nadie los obliga a cumplir la ley con respecto a los trabajadores, a los que amenaza y explota para así enriquecerse más y más.
Es el colmo, ¿cómo se les puede dar dinero público a semejantes empresarios? La única defensa que tenemos los obreros es la unión de todos, para así poder defendernos. De no hacerlo, mañana me pasará a mí…, te pasará a ti.