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El triunfo de Milei en las ultimas elecciones en Argentina encubre una crisis económica estructural

En las últimas elecciones parlamentarias argentinas del 27 de octubre Javier Milei consiguió un triunfo sonado al conseguir el 40,8% de los votos en las elecciones para la renovación del congreso. Para parte de la población de izquierda ha sido un triunfo inesperado después de la derrota de La Libertad Avanza (LLA) en las elecciones legislativas que tuvieron lugar el domingo 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires (PBA), donde vive el 40% del censo nacional. Entonces el peronismo unido en el partido Fuerza Patria, obtuvo el 47,2% frente al 33,7% de La Libertad Avanza. Es decir una diferencia de un millón de votos.

¿Y la izquierda?

El domingo pasado, el FIT-U no logró renovar sus cuatro diputados – en Argentina se llaman bancas- en el Congreso Nacional, perdió la banca de Jujuy y mantuvo 3. En la provincia de Buenos Aires (PBA) obtuvieron el 5.2% de los votos. Dos puntos menos del casi 7% que alcanzó en 2021 un retroceso que va de 600.000 votos en 2021 a 438.000 en la elección actual. En Buenos Aires (CABA) aumentó su caudal de votos, al pasar del 7,75% en 2021 al 9,1%. Debido a la caída de la participación electoral, sin embargo, esa mejora se reduce a apenas unos 6.000 votos más -de 142.000 a 148.000 votos.

Argentina tiene una izquierda revolucionaria presente en las instituciones. El Frente de Izquierda y de Trabajadores- Unidad (FIT-U) es una coalición electoral de partidos marxistas y revolucionarios que se reclaman del comunismo provenientes de la corriente trotskista. Se formó en 2011 para las elecciones presidenciales. Lo forman el Partido de Trabajadores Socialista, Partido Obrero, Izquierda Socialista y desde 2019 el Movimiento Socialista de los Trabajadores. Todos ellos, menos el PO, provienen de la corriente trotskista liderada por Nahuel Moreno, Movimiento al Socialismo, (MAS) fundado después de la dictadura y que tras la muerte de Moreno en 1987 se escindieron en distintos partidos que hoy componen el FIT-U. En 1983 el MAS obtuvo 42.500 votos.

¿Cómo se explica entonces este vuelco y apoyo a la extrema derecha de Milei, cuando sus políticas han hundido la economía, la pobreza ha aumentado y los trabajadores, jubilados están en una situación de precariedad por su política anti-obrera?

En general la izquierda y todos medios han resaltado la situación de crisis económica y el chantaje de Trump en favor de Milei. Tanto es así que el mismo Milei comentó en una entrevista televisiva con Eduardo Feinmann: “No hay dudas de que mientras yo sea presidente el apoyo lo tenemos (de EEUU y Trump)” cosa que no tienen las otras fuerzas políticas capitalistas de Argentina. Para los comentaristas de la izquierda en Argentina este apoyo de Trump ha influido sobremanera en las votaciones en favor de Milei. Gabriel Solano del Partido Obrero en “Todo sobre las elecciones” explicaba “que no exagero nada si digo que el pueblo argentino fue a votar con una pistola en la cabeza y esa pistola en la cabeza se la puso Donald Trump y el secretario del Tesoro, Scott Bessent, cuando dijeron (…) que si Milei no ganaba estas elecciones (…) Estados Unidos retiraba su apoyo económico a Argentina”.

Por otra parte la influencia del peronismo como fuerza seudo progresista y en bancarrota desde los gobiernos de los Kirchner no tiene la suficiente credibilidad para ser la alternativa a Milei. Y también tenemos que destacar el freno a las movilizaciones populares que la burocracia sindical y la influencia peronista realizó para poner en primer orden las elecciones y postularse como alternativa_solución electoral a Milei. En realidad el peronismo no ha demostrado más que una gestión capitalista de la crisis diferente a la motosierra de Milei pero en esencia la misma política: gestionar la crisis económica en favor de la oligarquía burguesa de Argentina.

De la crisis económica a la crisis política argentina

Argentina vive una crisis estructural desde hace años. Rolando Astarita explica que el estancamiento económico que vive hoy la Argentina es debido a la falta de capitales, al atraso productivo y de inversiones porque los capitalistas han preferido llevarse los beneficios a otros lares para obtener más ganancias lo cual hace que no se reinvierta en tecnología.

Los gobiernos peronistas han llevado a la decepción a millones de argentinos lo que ha propiciado la llegada de Milei. Sin embargo su “motosierra” no es más que un ataque contra los trabajadores y las clases populares en toda regla. Jubilados, dependientes, enfermos crónicos se han visto atacados en sus niveles de vida. Las manifestaciones no se hicieron esperar. El ataque a las universidades públicas limando fondos fue también un detonante en las movilizaciones durante los primeros meses de gobierno de Milei. A esto se le suma los escándalos de corrupción de su hermana, los negocios con las criptomonedas hicieron tambalear al “león” en las elecciones de septiembre en la CABA y PNB. Para contrarrestar esto Milei pidió ayuda a Trump que chantajeó con la ayuda. Esas derrotas desataron la mayor corrida cambiaria desde el inicio del gobierno de LLA y la inminencia de una crisis financiera. Scott Bessent, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, y Donald Trump jugaron la carta de Milei para detener la amenaza de quiebra de Argentina. El miedo de mucha gente a la situación hizo que entre la abstención y el cambio de bando – del peronismo a LLA- ganara ese 40% en las últimas elecciones. Podemos decir que en medio de una crisis industrial manifiesta, de una fuga de capitales y una cesación de pagos en puertas; en medio de las peleas de la camarilla derechista de LLA y las denuncias de corrupción, el Gobierno cosechó el 41 % de los votos.

La motosierra del gobierno Milei prosigue

Estas elecciones le han dado la posibilidad de mantener su ataque a las condiciones de los trabajadores argentinos. El resultado de estas elecciones con el triunfo de Milei no significa que los y las trabajadoras no respondan a los ataques del gobierno. El triunfo de LLA es sólo la mera legitimidad para proseguir la senda de medidas para que los capitalistas argentinos sigan explotando a la clase obrera y recuperen beneficios. El capitalismo argentino está en crisis y el ajuste de Milei traerá más miseria y pobreza. Un país que se decía el granero del mundo, los capitalistas se dedican a la exportación de esa riqueza agrícola y ganadera y de los recursos de las materias primas como el petróleo de Vaca Muerta y los minerales del subsuelo mientras que sectores populares pasan literalmente hambre. Un país que supuestamente puede producir comida para 400 millones de seres humanos, tiene al 10% de su población de 45 millones de habitantes pasando hambre desde hace 30 años. Un dato: en Argentina hay 44.000 comedores populares registrados casi tantos que escuelas públicas.

La clase obrera argentina tendrá que lanzarse a la lucha no tendrá otro remedio que confiar en sus propias fuerzas y más si cabe cuando el gobierno tiene preparada una reforma laboral, que quiere aplicar realmente de un nivel de esclavismo que pocas veces vimos, quiere terminar con el régimen paritario de Argentina, que permite negociar con la patronal y equivalente a los convenios colectivos en España. LLA pretende también eliminar la jornada de ocho horas, y que deje de existir para sustituirla por un banco de horas donde se le podrá hacer trabajar las horas que quieran la patronal explotadora. En esta reforma laboral tiene previsto destruir directamente el régimen de indemnización por despido. Es decir Milei va a llevar a cabo una enorme ofensiva contra la clase obrera para, reduciendo los salarios, aumenten los beneficios capitalistas y de paso engrosar el sistema financiero de EEUU y su amigo Trump.

La crudeza de las medidas contra la clase obrera del gobierno mileista va a plantear un enfrentamiento. Es la lucha de clases y en ese terreno la clase obrera va a necesitar a su partido político. No hay otra forma para frenar a Milei que la lucha y la movilización. Esa va a ser la gran tarea que tendrán los revolucionarios por delante.

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