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Anexo. Manifiesto de la Asamblea de trabajadoras y trabajadores en lucha de Sevilla

¡Trabajadoras, trabajadores!

Ya no basta con indignarse. Ya no basta con formular nuestros problemas, ha llegado el momento de cambiar la pasividad y la sumisión por la protesta y la rebeldía trabajadora. Esta asamblea de trabajadoras y trabajadores en lucha, nació como propuesta del Comité Local de las Marchas de la Dignidad en Sevilla, ante la situación laboral de precarización, despidos, paro, bajos salarios, y represión patronal.

Esta asamblea surge para hacer visible la clase trabajadora y sus luchas, y para ello propone que la única solución es la unidad y la solidaridad obrera. No solo se crea con la idea de escuchar las injusticias sino ser una herramienta para pasar de los conflictos individuales, de empresa o de grupos de trabajadores, a luchas colectivas de toda la clase. El paro, los despidos, los bajos salarios o el incumplimiento de las leyes laborales y sindicales son lazos que nos unen a nuestros compañeros (aunque trabajemos en distintas empresas o sectores), y este lazo se puede hacer extraordinariamente fuerte porque esta tejido del mismo sufrimiento, del mismo coraje, del mismo riesgo y, sobre todo, surgido de la misma injusticia.

En nuestra asamblea constatamos continuamente que las luchas individuales y de empresa por empresa tienen sus límites y tenemos que exigir medidas que protejan realmente a los trabajadores y frenar el retroceso en la situación social y en derechos que sufrimos la clase trabajadora. Hay que generalizar las luchas. Mientras tanto, los banqueros y empresarios con sus políticos nos aplican recortes sociales y medidas contra los trabajadores
para que esa clase dominante aumente sus beneficios.

Esta asamblea es consciente de que la clase trabajadora tiene que salir a la calle y a la opinión pública con sus reivindicaciones, por sí misma e independiente de los demás movimientos sociales aunque aliados a ellos. No sólo somos explotados en nuestros centros de trabajo: es todo un sistema laboral, legal, social, político, con los gobiernos y el Estado, que está a favor del capital y en contra de los trabajadores y que funda su poder en la propiedad privada de los medios de producción y de trabajo —empresas, bancos, tierras, tecnología, maquinaria… en resumen, el sistema capitalista que nos oprime a lo largo de nuestras vidas. Nuestra lucha no puede ser esporádica o quedarse aislada puesto que surge de todo un sistema.

Unidos venceremos, separados perderemos. Esta asamblea propone a todas las trabajadoras y trabajadores seis reivindicaciones básicas que nacen de las problemáticas y conflictos de empresas. Hay que superar los problemas concretos e individuales, para expresarlos de manera común a toda la clase trabajadora, para generalizarlos, luchar todos juntos, organizar asambleas y acciones.

1. Creación de empleo público directo por el Estado, con salarios dignos. Entre el 20% y el 25% de la población activa. Aplicable a todas las empresas e instituciones públicas, municipales, autonómicas y estatales sea en Sevilla o en todo el Estado. Reduciría significativamente el paro. Los problemas laborales de precariedad, bolsas de empleo, etc. en las administraciones del Estado, sanidad, educación, servicios sociales, y empresas municipales terminarían. Si tenemos una población activa de aproximadamente de 22,8 millones de personas el 20 por ciento sería 4,56 millones. Así mismo, las bolsas de empleo de las empresas públicas deben de ser transparentes y controladas por los propios trabajadores de las bolsas, en asambleas públicas y a la vista de todos.

2. Prohibición de los despidos y los ERE/ERTE. Es necesario cambiar la legislación laboral para proteger del paro a la clase trabajadora. Ahora la ley es un arma de la patronal para deshacerse de trabajadores que protestan, bajar los salarios, precarizar y meter miedo. Para ello el trabajo como derecho, necesita para garantizarse, la contrapartida de prohibir el despido a la patronal. Como argucia empresarial para ganar más, sobre todo despiden personal fijo, para sustituir luego por empleo precario mal pagado, lo hacen sobre todo en las grandes empresas y multinacionales.

3. Exigir un salario mínimo y pensiones de 1200 euros con subida automática del IPC. Subsidio de desempleo indefinido. Salvo excepciones en algunas grandes empresas, el salario en general es inferior, en muchos casos por debajo del equivalente al SMI, además de concatenar condiciones laborales precarias.

4. Reparto del trabajo entre todos los trabajadores, sin bajar los salarios, con 30 horas semanales como objetivo y jubilación a los 58 años. Porque se da la contradicción de trabajadores sin empleo, contratos por horas… y por otro lado cada vez se exige más horas de trabajo a aquellos que aún conservan el empleo.

5. Eliminar la brecha que separa a trabajadores de subcontratas de sus equivalentes en la empresa matriz. Contratos públicos con trabajadores públicos. Aplicando a todas las subcontratas las mismas condiciones laborales y salariales que las empresas matrices. E intentar mejorarlas para todos. Esta práctica abusiva es generalizada en todos los sectores productivos, incluso en los de mayor tecnología como las empresas aeronáuticas y de telecomunicaciones.

6. Control obrero de las empresas e investigación pública de su contabilidad, obligando al empresario a acatar las decisiones tomadas en las asambleas de trabajadores. Nacionalización de los sectores básicos de la economía. En las empresas la mayoría de los ERES y despidos son justificados así: pérdida de beneficios, bajada del consumo, etc. Las asambleas de trabajadores podrán legalmente exigir auditorias públicas controladas por los trabajadores, de las cuentas para tumbar los EREs y despidos.

¡La solución está en nuestras manos! ¡Unidos venceremos!

¡Trabajador, trabajadora, organízate! ¡Acude a nuestras asamblea!

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