Estos meses atrás los trabajadores del sector del metal en Cádiz llevaron adelante varias manifestaciones y mantuvieron una huelga durante tres semanas contra los planes la de patronal. La Federación de Empresarios del Metal de Cádiz (FEMCA) negociaba con los sindicatos mayoritarios un nuevo convenio colectivo para los trabajadores del metal en toda la provincia, con cláusulas más abusivas que la anterior, como la congelación salarial, abaratar el salario un 70% para los trabajadores de nuevo ingreso, por si fuera poco establece la vigencia del convenio por 9 años.
La patronal y el sindicato UGT negociaron a espaldas de los trabajadores hasta alcanzar un preacuerdo el pasado 27 Junio que fue rechazado por las asambleas de la mayoría de los trabajadores y por sindicatos como CGT, CTM, y también por Comisiones Obreras que luego se desmarcó de dicho acuerdo.
Los trabajadores se han negado a la firma de este convenio regresivo exigiendo subidas salariales conforme al IPC real, que todos los trabajadores cobren el plus de toxicidad y que sea digno y la retirada de la cláusula que recorta el salario para los nuevos ingresos, entre otras cosas. Los trabajadores del metal no quieren trabajo esclavo, ¡y llevan razón! Por ello decidieron en asamblea llevar adelante una huelga y exigieron a la patronal el cumplimiento de sus reivindicaciones. Después de tres semanas resistiendo esta huelga han tenido que abandonarla.
Como ha sucedido otras veces la patronal ha vuelto a contar con el apoyo de la Ley Mordaza que, gracias a su no derogación por parte del gobierno “de progreso” de Pedro Sánchez, ha permitido emplear de nuevo cargas de la policía contra los trabajadores que reclaman mejoras laborales. Incluso después de finalizada la huelga se han producido detenciones de trabajadores en sus propios domicilios y en sus centros de trabajo.
Este gobierno demuestra de nuevo que cuida ante todo de los intereses de la patronal y muestra desprecio por las condiciones laborales de los trabajadores y por sus reivindicaciones. Y lo hace a sabiendas que esta empresa pública Navantia bate récord de pedidos militares con 8.000 millones por el ‘boom’ de defensa.
De acuerdo con las últimas cuentas publicadas por Navantia, el volumen de la cartera militar se situó al cierre del ejercicio en 6.917 millones. Además hay que añadir más de mil millones más correspondientes al negocio de sus filiales en Arabia Saudí, Australia y Reino Unido, por su pertenencia al sector de la defensa. Todo ello sin contar con los nuevos contratos firmados este año, como el que se acaba de alcanzar con la Marina de Tailandia para modernizar dos patrulleros. Tan solo el año pasado, la compañía presidida por Ricardo Domínguez firmó contratos por 1.271 millones en el área militar frente a solo 123,3 millones en la civil.
La patronal del metal ante la creciente demanda de pedidos en el sector ha aprovechado la renovación del convenio para asegurarse más beneficios en sus empresas a costa de empeorar las condiciones laborales y de salarios de los trabajadores del metal. Pero sobre todo es que le garantiza 9 años de paz social, silenciando las protestas de los trabajadores. Porque van a ser 9 años en los que sus beneficios van subir como la espuma mientras mantiene los salarios estancados y precariza los empleos.
La pregunta es porqué una empresa publica que la pagamos de nuestros impuestos no ofrece condiciones laborales más dignas. Navantia emplea en su mayor fuerza de trabajo a numerosas empresas subcontratas, no solo para abaratar costos precarizando el empleo sino porque con ello divide la fuerza de los trabajadores. Mientras la patronal se frota las manos por el aumento de los beneficios se reprime las protestas de los trabajadores del sector del metal en Cádiz.
Viva la lucha de los trabajadores del metal contra los ataques de la patronal que solo busca beneficios. Hay que exigir además la derogación de la ley mordaza ¡ya!