Justo cuando se cumplió el 80 aniversario de la liberación de unos de los campos de exterminio en Auschwitz el pasado 29 de enero, El presidente de los EEUU Donald Trump amenazaba con habilitar la base de Guantánamo con la intención de enviar a 30.000 inmigrantes en situación irregular.
Su intención, es reconvertir la base estadounidense conocida internacionalmente por sus sistemáticas torturas, condenas sin juicio y aislamiento en un centro de detención para migrantes sin papeles.
Esta política no es que sea nueva, son las mismas armas que ha empleado siempre el capitalismo para criminalizar y dividir a los trabajadores. Trump echa la culpa a los inmigrantes de la delincuencia para que no se ataque a los culpables de originar la miseria y precariedad que no es otra que de la gran patronal. Las detenciones llevadas a cabo por el gobierno de Trump y el discurso de odio hacia la inmigración ya la vimos en la Alemania nazi hace más de cien años. Por eso es importante recordar que racismo y xenofobia son armas que emplea el capitalismo para impedir la unión y fuerza de toda la clase trabajadora.
