La manifestación por el acceso a una vivienda digna, celebrada el pasado domingo en Madrid, fue multitudinaria; lo mejor fue la gran asistencia de jóvenes, los más perjudicados con el problema de la vivienda. Mientras que sindicatos y partidos al uso piden más medidas fiscales, ayudas para el propietario, etcétera, hay que decir alto y claro que el problema de la vivienda en España, ni en ningún otro lugar, va a desaparecer mientras no desaparezca de la sociedad la avidez del negocio, por el beneficio, propio del sistema capitalista.
En España no faltan viviendas, el problema es que esta se ha convertido en un activo de inversión, es decir, un negocio rentable para bancos fondos de inversión y especuladores.
El sindicato de inquilinas de Madrid lleva razón cuando dice que llegó la hora de salir a las calles y organizarse; llevan razón porque la lucha vecinal y la lucha obrera siempre han sido el camino y no esperar a que la solución lluevan desde algún alto ministerio.