Desde el pasado 19 de julio el matrimonio formado por José Vicente y Charo Ortiz se ha visto obligado a dormir en la playa de San Gabriel, en Alicante.
Durante siete largos y duros años estuvieron pagando una habitación por 350€ pero al empeorar su situación económica fueron desahuciados.
Entre los dos solo consiguen reunir 1000€ que destinan para costearle una habitación a su hija.
Esta es la dramática historia de este matrimonio pero desgraciadamente hay muchas más en el estado español mientras hay millones de viviendas vacías en manos de bancos y especuladores. Mientras los bancos y grandes propietarios de la vivienda sigan teniendo el poder para hacer negocio con una necesidad tan importante como es la vivienda, la clase trabajadora jamás podrá vivir con dignidad y sin la preocupación de perder el techo bajo el que vive. Solo un verdadero gobierno socialista de los trabajadores podrá hacer frente a estos chupópteros, expropiar todas las viviendas vacías en su poder y crear una red de vivienda pública accesible para la clase obrera.


