El pasado lunes se realizó el debate entre Sánchez y Feijóo de cara a las elecciones generales. Fue una mala escenificación de dos políticas que nunca van a cuestionar la dominación de la gran patronal y de la burguesía, en definitiva, del sistema capitalista.
Como todos sabemos el sistema electoral beneficia a los grandes partidos. Los regímenes políticos tienden a organizar la gestión del Estado a través de dos grandes partidos, a derecha e izquierda del régimen del capital.
Creer en la democracia capitalista, es caer en una trampa que permite integrar a la clase trabajadora en el Estado, encerrándola en una ratonera que soluciona poco o nada y permite que la desilusión y la desafección a la izquierda recomponga el régimen político a través de la alternancia entre sus dos grandes partidos. El debate entre Sánchez y Feijóo ha escenificado la recomposición de este bipartidismo burgués en el cual la derecha del PP le lleva la delantera a los socialistas, según las encuestas.
En el debate Feijóo utilizó datos falsos o manipulados. Sánchez no tuvo la capacidad de responder de una manera clara y contundente. En realidad, la ausencia de la clase trabajadora y sus problemas fue la conclusión más clara del debate. Y esto es así porque inevitablemente la solución a estos problemas está fuera del propio sistema electoral de la democracia capitalista, enmarcado en puro teatro, y del malo.


