El pasado martes el precio de la luz en España alcanzó un máximo histórico de 111 euros, superando el antiguo máximo de 103€ de 2002.
Las razones que se dan: la subida del precio de mercado del gas y la subida también, a nivel europeo, de los derechos de emisión de óxido de carbono (que tienen que pagar las industrias contaminantes). Esto en primer lugar significa que las eléctricas están trasladando todos estos aumentos al consumidor final, para mantener altos sus márgenes de beneficio (nada nuevo bajo el sol) haciendo imposible salir adelante para muchas familias. Por otra parte, implica que se está cargando el precio del cambio climático sobre las espaldas de la clase trabajadora.
Pero esto no explica toda la subida, no dependemos solamente del gas. Diariamente se fijan los precios de la luz en el mercado, donde las compañías lanzan sus ofertas. Las primeras en entrar son las más baratas: nuclear y renovables. Si toda la demanda energética de esa hora no se cubre con estas, entran las energías caras como el gas. Pero de manera que toda la energía contratada a esa hora se paga al precio de la energía más cara que entró. Esto se llama sistema marginalista y es lo que algunos periodistas se han referido como “pagar pollo a precio de solomillo”.
Esto implica que centrales nucleares o hidroeléctricas, por ejemplo, que producen una energía barata, -han sido amortizadas hace muchos años, fueron privatizadas a precios de saldo y usan recursos públicos, como el agua- para funcionar están especulando y sacando grandes beneficios a costa de la sociedad.
Mientras, el gobierno ha puesto un parche: bajar el IVA de la luz del 21% al 10%, una medida insuficiente, ya que el IVA no es un factor tan importante en el precio final de la luz, sino los que hemos mencionado, y apenas supone una rebaja de solo un 5% en la factura. Dentro de este sistema capitalista, los beneficios privados no tienen ningún control, y solo encontraremos una solución cuando los trabajadores tomen en sus manos la sociedad, las eléctricas incluidas, y las hagan funcionar en interés social.