El 50 Foro económico mundial de Davos, se inauguró el pasado 21 de enero en la encantadora estación de esquí Suiza. El tema de este año es “por un mundo cohesivo y sostenible”, lo cual es un bonito lema cara a la opinión pública. Pedro Sánchez ha defendido allí una «justicia fiscal» que vía impuestos ayude a la redistribución de la riqueza y también un funcionamiento «más justo» de los mercados. En este Foro todos los años se oyen buenos propósitos ¡son gratis! Cuesta entre 55.000 y 550.000 € ser socio, pero los organizadores saben ser generosos y para ilustrar su apertura de espíritu, cada año invitan a representantes de ONGs y activistas de diversa fama, este año, por ejemplo, Greta Thunberg.
Este año en Davos 119 multimillonarios están debatiendo formas de avanzar hacia un capitalismo responsable con la humanidad y el planeta. Y “responsablemente” cada participante fue invitado a dejar su yate privado y a tomar un avión, o mejor aún, un tren. Se prohibió el uso de utensilios desechables y de plástico y se han dado bufetes vegetarianos. Todos dicen estar dispuestos a cambiar su política de producción o de inversión. En cuanto a los organizadores, han lanzado una iniciativa para plantar 1 billón de árboles para 2030, como parte de una plataforma a la que pueden adherirse empresas y gobiernos. Grandes “humanistas”, como Mohamed Bing Salman por Arabia Saudita o Trump por Estados Unidos, ya han anunciado su participación. ¡De risa!
Durante cuatro días, los explotadores de todo el mundo y sus representantes políticos posan para la galería y dejan caer unos cuantos millones de dólares para intentar lavar su imagen, muy sucia, por los desastres humanos y ecológicos que su economía está causando.
Pero una vez que acabe el Foro de este año, ¡colorín, colorado, este cuento se ha acabado!