El gobierno ha aprobado el “bono joven” de ayuda a la vivienda, que consiste en un bono de 250€ para contratos de alquiler de jóvenes entre 18-35 años. El bono joven se suma a una serie de medidas, como los incentivos fiscales a los propietarios, que no cambian nada y suponen nada más que transferir dinero público al sector privado.
Sin ni siquiera limitar los precios de los alquileres, nada impide que los caseros suban los precios en la misma proporción que la ayuda recibida, en zonas donde muchos jóvenes reciban la ayuda. En cualquier caso, es una ayuda pública que va a acabar en el bolsillo de los propietarios.
Para más inri, la ayuda se ofrece a alquileres que cuesten un máximo de 600€, ampliables a 900€ según voluntad de los gobiernos regionales. Esto deja fuera a la mayoría de los jóvenes de grandes ciudades, donde las viviendas por debajo de 600€ rondan el 1%, y por debajo de 900€ no llegan al 30%.
Como vemos, todas decisiones que no tienen la voluntad de arreglar el verdadero problema de la vivienda. Para resolverlo, es necesario eliminar la vivienda como mercancía, y que esta pase a estar en manos de la propia población trabajadora. Lo primero: expropiar a los bancos y fondos de inversión las viviendas vacías, que sirven a sus intereses especulativos. Para después ser gestionadas y ofrecidas a precios sociales. Eliminando así la causa de la especulación, el beneficio y los intereses privados capitalistas.
