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El Gobierno del PP, como Puigdemont, usa el conflicto catalán para tapar los problemas de las clases trabajadoras

El conflicto catalán ocupa la actualidad desde hace aproximadamente dos meses preñados de discursos, manifestaciones y tomas de postura hacia el “catalanismo” o el “españolismo”. Pues bien, desde el punto de vista de la clase obrera este conflicto está emponzoñando y ocultando los verdaderos intereses y problemas que golpean diariamente a los trabajadores. Mientras nos peleamos hablando de Cataluña, pasa de largo la huelga llevada a cabo por las trabajadoras del grupo Inditex en Pontevedra, por poner solo un ejemplo.

Rajoy, y su gobierno con el 155 y las penas de cárcel, ha sacado pecho porque este conflicto, lejos de debilitarlo, lo ha fortalecido; si hace dos meses el crédito del PP estaba bajo mínimos en estos momentos la derecha está crecida, incluso la extrema derecha se está atreviendo a asomar la nariz. Toda esta represión -además- es gratuita porque el Estado tiene a su disposición muchos otros medios para impedir la independencia catalana; El PP ha tenido una actuación no proporcionada, autoritaria y caciquil, en un intento de agrupar a todos los que piensan que se solucionaría el problema metiendo a Puigdemont en la cárcel. Dicho lo cual, señalamos que nuestra solidaridad es para la población trabajadora catalana, para las clases populares, que sufren la crisis capitalista.

Puigdemont y muchos de los encarcelados no representan los verdaderos intereses de la clase trabajadora, sino que son dignos representantes de la burguesía catalana. El conflicto catalán viene de lejos pero no hay que olvidar que, en ultima instancia, se trata de una pelea entre  dos nacionalismos para mejor controlar sus negocios y mover los hilos, a una u otra escala. Ni el nacionalismo ni la independencia catalana es ninguna salida para la clase trabajadora; lo que si ha provocado es su división y un rechazo entre las clases populares en el resto de España.

Muchos miles de catalanes que se están movilizando por la república catalana, han creído que así mejorarían sus vidas; pero ¿que mejora pueden esperar de partidos corruptos -como el de Puigdemont- que no han dudado en recortar y saquear Cataluña? Otros también han creído que así contribuían a luchar contra la monarquía y el régimen del 78. Nada más falso: la derechización provocada es evidente y no solo en Cataluña.

Luchar por una sociedad mas justa e igualitaria, luchar contra la monarquía y el capitalismo solo podemos hacerlo unidos; luchar por intereses ajenos a los propios de los trabajadores -como ocurre con los nacionalismos- nos divide.

Las reivindicaciones que nos pueden unir son, pues, las propias del mundo del trabajo: La lucha contra el paro, contra la dictadura de la patronal  que nos oprime día a día, contra el cierre de empresas, etc; problemas estos que parece haber desaparecido en los últimos meses.

Por todo ello ¡ni Rajoy, ni Puigdemont! ¡Viva la lucha de la clase obrera!