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Sentencia europea a favor de los interinos y temporales

Ha levantado polvareda la sentencia del tribunal europeo dándole la razón a una trabajadora interina del Ministerio de Defensa que exigía la misma indemnización por despido que los trabajadores fijos, es decir 20 días por año trabajado y no los 12 de ahora. Para el tribunal, la legislación europea exige la misma indemnización al fijo y al temporal.

Esta sentencia es positiva para los temporales, en principio. Pero no nos llamemos a engaño. Ahora recurrirán y pasarán años, antes de que se pueda hacer efectiva y cuando llegue, la legislación laboral podrá cambiar y seguir todo igual. Y no hay que descartar que nuevas reformas laborales igualen a los fijos y temporales pero a peor, es decir rebajando por igual las indemnizaciones para todos y se pase a los 12 días.

Lo positivo es que por una vez se habla en los medios de la situación del mundo del trabajo, de la pérdida de derechos y de la precariedad en la cual los y las trabajadoras se han visto inmersas “gracias” a las distintas reformas laborales que desde años benefician a los empresarios.

En efecto, desde el Estatuto de los Trabajadores de 1980, la temporalidad y la precariedad han ido en aumento. Ya los contratados fijos ya no son tales. A los trabajadores nos pueden despedir en el sector privado libremente cuando quiere el empresario y casi sin o ninguna indemnización y por cualquier causa. En el sector público hay más seguridad pero la precariedad es cada vez mayor entre interinos y laborales.

El miedo al despido y al paro se ha instalado entre los y las trabajadoras y los empresarios contratan como quieren: en negro, por menos horas, y las que quieren sin declarar. Sólo en las grandes empresas, en la administración, los trabajadores están en mejores condiciones, pues la lucha masiva por sus derechos es más fácil.

Ninguna sentencia judicial servirá para mejorar las condiciones del trabajo, si no hay una respuesta de lucha del mundo del trabajo contra los ataques del gobierno y la patronal. Es la lucha de clase, la única medicina que conoce la mejora de las condiciones de la clase trabajadora.