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Rusia: las Pussy Riot delante de los jueces, una oposición forzosamente “satánica”

El poder ruso ha decidido intensificar sus ataques contra los escasos derechos sociales todavía existentes

El proceso de tres jóvenes, miembros del grupo musical ruso Pussy Riot, acaba de iniciarse en Moscú.  Están acusadas de haber cantado en febrero, en la catedral de Cristo Salvador, una “oración punk” anti Putin.  Éste último, que se enfrentaba desde hacía un mes a un movimiento de contestación masivo en la calle, se presentaba entonces como candidato del poder a la elección presidencial con el apoyo de la Iglesia ortodoxa.                   

Detenidas desde hace cinco meses, las culpables de esta “blasfemia” dirigida a “lanzar a los fieles en los brazos de Satán” según la acusación, se arriesgan a siete años de prisión. Comparecen encerradas en una jaula de cristal, frente a una juez seguidora fiel de una jerarquía religiosa convertida en el brazo ideológico del régimen.

Tenemos  una buena ilustración de ello en el lugar del “delito”, la catedral del Cristo Salvador cuyas cúpulas cubiertas de oro brillan en el centro de Moscú.  La Catedral más grande del país, fue reconstruida, con un montón de miles de millones de subvenciones públicas, tras el hundimiento de la Unión Soviética.  En una Rusia saqueada por la burocracia y las mafias, cuyas clases trabajadoras se hundían en la miseria, el poder quería así afirmar cuánto contaba con la iglesia ortodoxa para encuadrar  a la población. Frente a la cual, desde entonces,  poder  e Iglesia hacen frente común: los dignatarios religiosos bendicen el régimen, que  lleva ante la justicia a todos aquellos que la iglesia acusa de ofender la fe, el dogma, sus ritos y prácticas de otras épocas…

Evidentemente, tales procesos no convienen en exceso.  Y ante las protestas, tanto en Rusia como de muchas personalidades internacionales, el Kremlin  intenta rebajar un poco la tensión.  Así Putin ha declarado que no había “nada bueno” en los actos de las Pussy Riot, pero que tampoco era necesario “juzgarlas demasiado duramente”.

Veremos que hará la justicia rusa a sus órdenes. Pero vemos ya que Putin, una vez llegado al Kremlin, quiere  yugular toda forma de oposición.

Se habla de la liberación 13.000 condenados por crímenes económicos, de hecho burócratas sin escrúpulos, mafiosos, funcionarios corruptos…, la persecuciones  judiciales legal  llueven contra todos los que  desafían, directa o indirectamente,  al régimen. Las sanciones penales y financieras se han incrementado por participar en manifestaciones no autorizadas por las autoridades.  Todo grupo de más de tres personas en un lugar público puede ser asimilado a una reunión no autorizada. En cuanto a las organizaciones llamadas no gubernamentales, una nueva ley las caracteriza como “agentes del extranjero”. ¡Lo que permite condenar igualmente a miembros de una ONG,  ONG´s de las que muchas critican al clan Putin!

El poder ruso, que ha decidido intensificar sus ataques contra los raros derechos sociales todavía existentes y, finalmente, contra el nivel de vida de la población, querría ahogar toda expresión puntos de vista discordantes.  Aunque sea musical como el caso de las Pussy Riot…

Pierre LAFFITTE

Autor: Lutte Ouvrière

Traducción:  F.P.

Tomado de kaos en la Red