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Refugiados: Europa propone campamentos

Durante la última cumbre de los dirigentes europeos, el 23 de septiembre, se anunció que se iban a destinar más de mil millones de euros en ayudas a los refugiados en los países vecinos de Siria. En realidad, se trata de apoyar a las agencias de la ONU, en particular al Alto Comisionado para los refugiados (ACNUR) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), que se encargan de los campamentos de refugiados, para que impidan la huída hacia Europa de los hombres, mujeres y niños hacinados en los campamentos.

Pero en los últimos años, los dirigentes de las grandes potencias, que son las principales proveedoras de fondos para estas agencias, no dejaron de bajar sus presupuestos, mientras el número de refugiados se disparó.

Por ejemplo, en Jordania, el PMA ha dejado de entregarles raciones de alimentos a 230 000 personas. En Líbano, donde uno de cada cuatro habitantes es un refugiado, el valor de los cupones de alimentos ha bajado de 25 a 12 euros al mes, lo que representa 40 céntimos al día. Las potencias imperialistas contribuyeron a destruir su país y, ahora, todo lo que les proponen a esta gente que huye de una guerra atroz, son campamentos improvisados, bajo tiendas de campaña, donde ni siquiera se pueden satisfacer las necesidades básicas y el hambre se ha convertido en uno de los problemas principales.

Por supuesto, cuando es posible, los refugiados sirios, iraquíes o de otro país dejan estos campamentos para emprender el viaje a Europa por cualquier medio. La supuesta ayuda de la Unión Europea no es más que un medio para que no lo hagan. Lo explicó con crudeza el presidente francés Hollande, al salir de la cumbre: “También estamos ahorrando este dinero ya que, si los refugiados vinieran a nuestro país (…) eso tendría consecuencias financieras.”

Además, la segunda parte de las decisiones adoptadas en la cumbre consiste en reforzar el control y la selección en las fronteras de la Unión Europea. Está previsto aumentar los recursos de las agencias europeas que se encargan del control, y sobretodo crear, para finales de noviembre, nuevos campamentos donde se seleccionarán a los inmigrantes y se decidirá quién podrá quedarse y quién será rechazado.

Los refugiados, tras huir de la guerra y jugarse la vida atravesando varios países en condiciones terribles, tendrán que demostrar sus motivos de estar allí y que no son «migrantes económicos». Es como si los que huyen de la miseria de un país sin guerra no tuviesen derecho a desear una vida mejor.

¡Vaya ayuda con la que quieren conformarse los dirigentes europeos: campamentos y, a ser posible, lejos de Europa!