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No hay listas de espera para el Borbón

Cuenta “El País”, que la casa real estaba en el dilema de escoger un hospital privado o público. Si escogía uno privado las críticas podían venir por no utilizar lo público ahora que hay criminales recortes en sanidad. Si escogía el hospital público las críticas vendrían de los privilegios de saltarse las listas de espera, que según los datos dados por la prensa, han aumentado un 6%.
Naturalmente escogiera el hospital que escogiera sus privilegios cantan. Teóricamente, ante la ley todos somos iguales. En la práctica no. Además, el monarca está exento constitucionalmente de responsabilidades políticas y legales.
Pero la gran desigualdad social y sangrante es la económica, que mata literalmente con los recortes en sanidad. Es el poder del dinero el que determina las clases sociales y la desigualdad. Poderoso caballero es don Dinero que decía Quevedo. Y no nos sacamos de la manga este dato. Es conocido por la gran fortuna acumulada, y en secreto, en los paraísos fiscales. Fortuna creada por la lucrativa tarea monárquica de “comisionista” de las grandes empresas y sus negocios. Y no nos lo sacamos de la manga este hecho. Jaime Peñafiel, fiel monárquico, y el affaire Corina, lo han publicado. La monarquía española no solo la restauró el dictador nombrando a Juan Carlos rey, sino que es una de las grandes fortunas de la oligarquía financiera y empresarial que domina y controla la economía y sociedad. Por ello cambiar al rey por un presidente de la república serviría de poco a los trabajadores y las clases populares si no cambiamos de raíz y expropiamos al capital financiero y empresarial en una República socialista donde los medios de producción y el dinero sean de la sociedad y públicos.