Saltar al contenido

¡No a la reforma laboral!

El gobierno de banqueros del señor Rajoy acomete su “reforma en profundidad” en contra de los trabajadores y a favor de la patronal. Con esta reforma parece que quieren que volvamos a las alpargatas.

La reforma profundiza en el camino ya planteado por todas las anteriores reformas laborales de abaratar el despido, bajar los salarios y consolidar la precariedad. Pero ésta reforma ha hecho saltar todos los límites de los derechos laborales. Por ejemplo, lo que se llamaba “colaboración social”, es decir, la posibilidad de que las Administraciones Públicas acojan a desempleados que estén cobrando el paro, para así ahorrarse los salarios completos, se generaliza a todas las instituciones del Estado.

Una vez más pretenden engañarnos diciendo que así se va a crear empleo ya que el mercado de trabajo español es muy “rígido” y hay que darle flexibilidad. Ellos saben que esto es mentira. Esta reforma lo único que hace es preparar los beneficios de la patronal en el futuro a costa de los derechos de los trabajadores.  Porque ahora con la crisis económica, con el paro y los salarios a la baja, el consumo popular está por los suelos, que es el que mantiene la economía, y los pequeños comerciantes y autónomos no tienen ventas para ampliar su negocio o simplemente mantenerlos. Cuando llegue otra vez el ciclo expansivo el mercado de trabajo estará tan deteriorado que se podrán hacer de nuevo altos beneficios.

Los contenidos de la reforma giran en torno a tres ejes fundamentales. El despido se convierte ya en prácticamente gratuito. Los 45 días de indemnización desaparecen a partir de este año y se generalizarán los 20 días para  despidos objetivos, por causas económicas o tecnológicas; ahora simplemente con la disminución de las ventas o beneficios se podrá despedir a mansalva. Naturalmente para las pequeñas empresas y subcontratas -o aquellas de empleo basura como las de telemarketing- era prácticamente gratuito despedir, pues los contratos temporales, los de prácticas, o por obras eran los habituales. Pero ahora podrán hacerlo más barato las grandes empresas y atención, las Administraciones Públicas, pues los empleados públicos entran en el mismo saco.

El segundo eje son las subvenciones y las bonificaciones para contratar a trabajadores jóvenes que, prácticamente, serán mano de obra barata, con 1 año de prueba, esclavos del patrón.

El tercer elemento son los Convenios y despidos colectivos. Cualquier empresa podrá descolgarse del Convenio, desaparecen las prórrogas de estos y los salarios caen. Y los EREs no requerirán siquiera permiso de la autoridad laboral. Y todos los empleados públicos y empresas entrarán en este saco. Esto va a facilitar la privatización de las empresas públicas y municipales.

Las consecuencias de esta reforma para la clase trabajadora van a ser catastróficas. Pero de nosotros depende que esto siga así. Es necesario responder juntos, empezando por hacer asambleas generales en los lugares de trabajo y en las secciones sindicales para empezar a movilizarse.