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Marchas de la Dignidad: ¡Por el pan, el trabajo y el techo!

El pasado sábado 27 de Mayo se manifestaron por Madrid más de 50.000 personas exigiendo Pan, Techo, Trabajo y Dignidad. En una manifestación de varias columnas que partiendo desde distintos puntos acababan coincidiendo en el centro de Madrid. Es ya muy significativo que con un lema así haya tanta gente desplazándose y manifestándose en la capital. Autobuses desde toda España que desde la madrugada del sábado llevaban a miles a mostrar la rabia por la situación que se está viviendo en el país para mucha gente.
La manifestación tiene más mérito si cabe, ya que no cuenta con el apoyo de los grandes sindicatos, o con los partidos de la oposición política que, o no han querido saber nada o han mostrado un apoyo tan tibio que no han hecho nada para ayudar a que fueran el máximo de gente posible. Y es que parece que las grandes organizaciones tienen otras preocupaciones, o tal vez, que tienen algo de miedo al Pueblo que dicen representar.
Por supuesto, en los llamados Medios de Comunicación, es decir, los Medios de Propaganda de los Capitalistas apenas se recogió la noticia. Parece que hay que juntar más de 2 millones como hace 3 años para que dediquen un poquito de tiempo a estas cosas. Los medios prefieren hablar del tema estrella: la corrupción.
Sin embargo estas Marchas son muy necesarias: el desempleo, los despidos y ERE siguen, y la pobreza aumenta. Los salarios caen en picado para aquellos que conservan su empleo y aún esto es a costa de perder derechos y sueldo; los trabajos se subcontratan incluso varias veces en una cadena dónde las condiciones laborales se van perdiendo por el camino y las horas que hay que trabajar para llegar a un salario medio digno son incontables. Y todo esto ocurre mientras los grandes bancos y las grandes empresas engrosan sus ya grandes beneficios.
El oportunismo de los partidos pretende hacer ver que cambiando un político por otro se acabó el problema. Que podemos tener gobiernos más decentes; claro que sí: pero ello no va a acabar con los problemas laborales, ni con la avidez del empresariado y los bancos. No nos podemos conformar con un simple cambio de gobierno, con un lavado de cara. Porque en realidad, todo lo que está ocurriendo es la forma normal de funcionar del capitalismo, que alienta a los malversadores, que emplea o despide según las necesidades de los bancos y grandes empresas, en definitiva, una forma de funcionar dónde todo se mueve para sacar el máximo beneficio posible.