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La moción de censura, sí pero no

En algunos sectores de izquierda y en la prensa en general se habla estos días de la moción de censura que Unidos Podemos ha presentado contra Rajoy y que será discutida a partir del 13 de junio. Esta moción para ser aprobada y apartar a Rajoy de la presidencia del gobierno necesita de una mayoría absoluta que, mucho tiene que llover, no va a ser conseguida y propone como presidente alternativo a Pablo Iglesias.
Con el cambio en las filas socialistas por la victoria y nombramiento de Pedro Sánchez como Secretario General –de nuevo-, Podemos ha ofrecido retirar su moción para que los socialistas propusiesen otra y “hacerla viable”. ¿Significa esto que Podemos asumiría que el partido socialista tome de nuevo el gobierno? ¿Se aceptaría como presidente de gobierno a Pedro Sánchez, porque el partido socialista se va a regenerar con él? ¿Qué ha sido del “no nos representa”? Podemos de momento no se ha mojado mucho en estas cuestiones, dejándolas en el aire. Aunque algunos de sus miembros, como Errejón, declaran que es necesario un “entendimiento” con el PSOE. Pero desde la izquierda mucha gente ni se sintió ni se siente representada por Pedro Sánchez.
La moción de censura es un gesto que, a lo más, pudiera servir en un momento dado para elevar la rabia y el descontento de parte de la población, pero apenas esto están consiguiendo porque Podemos desde las instituciones tiene muy olvidado un lema que, de palabra, ha utilizado mucho: un pie en la calle y el otro en las instituciones. Y cuando utiliza y convoca en la calle suele ser para fines muy partidistas.
Es evidente que no es criticable que la gente en Madrid realizase una manifestación de miles de personas el pasado 20 de Mayo, para apoyar la moción de censura de Unidos Podemos. Pero sí es criticable el poco uso que Unidos Podemos está haciendo de la movilización y que utilice la calle para reforzar sus políticas parlamentarias. De hecho desde parte de la izquierda ha habido bastante desilusión respecto al Podemos “institucional” en el que ha derivado la formación morada.
Por ello con pactos o sin pactos, con mociones o sin ellas, la población en general, los trabajadores, deben recordar que desde la calle es de dónde han venido los verdaderos cambios, que es desde la presión social desde dónde se conseguirá parar los ataques de la patronal y de sus gobiernos afines.