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La crisis económica se agrava a costa de los trabajadores. Urge una respuesta obrera

Todo el mundo puede constatar que desde hace meses los negocios de los banqueros, de los capitalistas, nos conducen a la catástrofe. Cada día, incluso cada hora, la situación se vuelve más grave para la población. Ahora la discusión en los medios de comunicación es cuándo van a “rescatar” a los banqueros, y cuánto va a costar, 40, 90  ó  100 mil millones de euros. El dinero que dicen que no hay para los servicios públicos, para los salarios y pensionistas, lo hay para los bancos. Esta discusión no es más que retórica para ocultar el robo a los trabajadores. Pues seamos intervenidos o no, ese dinero quieren que lo pague el pueblo trabajador. Y los recortes y ataques a las condiciones de vida de toda la población trabajadora y clases populares van a aumentar.

Lo más indignante es que el gobierno se apresura a acudir al rescate, no de las víctimas, es decir, nosotros, los parados, los empleados públicos, los desahuciados, todos los trabajadores, es decir, el mundo del trabajo, sino a los responsables de esta situación, a los ricos hombres de las finanzas, ya sean los de Bankia o de los otros bancos, que están ligados, no se puede olvidar, con múltiples lazos a los medios financieros de otros países en Europa, Francia o Alemania.

Hay que decir, ¡Basta ya ! Hay que rechazar el bajar la cabeza, rechazar los nuevos ataques que el gobierno prepara y que están destinados a toda la población trabajadora. Nadie se escapa a estos golpes, ya trabaje en los astilleros de Cádiz, en las minas de carbón de Asturias y León, en las grandes fábricas de automóviles, en empresas menos importantes, o en  Educación, Sanidad, en la administraciones públicas, etc. Nadie puede sentirse seguro con lo que preparan.

Sí, tenemos que reaccionar sin demora. Y para empezar mostrar nuestra cólera; como lo han hecho la semana pasada los mineros que se han manifestado en Madrid, como lo han hecho enfermeros y médicos en Sevilla. Los mineros asturianos han marcado el camino históricamente al resto de trabajadores, desde 1934 hasta las huelgas de 1962 en pleno franquismo. Ellos han aumentado el nivel de lucha. Han cortado las carreteras y la huelga es general en Asturias. Es un primer gesto fuerte, que marca el camino; pues estas manifestaciones muestran al gobierno y a la patronal que no vamos a sufrir en silencio. Pero esto no bastará para parar los ataques. Es necesario que la cólera y las respuestas de cada sector converjan en una respuesta de todo el mundo obrero. Pues si se piensa bien, tenemos todos, los trabajadores y nuestras familias, las mismas reivindicaciones.

Tenemos que defender nuestros empleos y nuestros salarios, los que aún tienen trabajo, e imponer que todos puedan vivir decentemente. Ya no podemos seguir creyendo que en nuestro sector, en nuestra empresa o fábrica las cosas van a ser distintas, que podemos negociar como si estuviéramos en una isla.

Hay que buscar una respuesta común uniendo reivindicaciones y proponiendo objetivos de lucha de todos. Por ejemplo, hay que exigir el reparto del trabajo entre todos, sin bajar los salarios, reduciendo las horas de trabajo si fuese necesario, eliminando las 37,30 horas por ley impuestas a los empleados públicos. Prohibir los despidos y subir los salarios y pensiones según suban los precios.

Tales son las reivindicaciones alrededor de las cuales se podría organizar  la respuesta conjunta y contundente del mundo obrero.

Es necesario, claro que sí, mostrar solidaridad con todos aquellos que luchan, por todas partes dónde se organizan protestas. Pero también es necesario, al mismo tiempo, preparar las etapas siguientes que no tardarán en presentarse.