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Hungría: un muro de la vergüenza para cortar el paso a los emigrantes

Desde mediados de julio, el gobierno húngaro levanta un muro de alambradas erizado de cuchillas, a lo largo de su frontera con Serbia. Construido por soldados, pero también por desempleados movilizados so pena de perder sus subsidios, debería ser reforzado por un segundo muro de 4 metros de altura.

El primer ministro húngaro Viktor Orban utiliza el miedo a la inmigración en su rivalidad con el partido de extrema derecha Jobbik. Acusa a los emigrantes de provocar  “un aumento de la criminalidad, de las violaciones y del desempleo”. Ha hecho también fijar inmenso carteles que proclaman: “Si venís a Hungría, sabed que no podréis ocupar el trabajo de los húngaros.” Estos carteles están escritos en húngaro, por lo tanto son incomprensibles para los 1.000 refugiados afganos y sirios, que atraviesan cada día la frontera serbo-húngara, carteles dirigidos sobre todo a la opinión reaccionaria en la que se apoya Orban, como muchos de sus homólogos en Europa.

Hay que destacar sin embargo que Orban no hace más que añadir un nuevo muro de la vergüenza a los que ya rodean Europa: entre los enclaves españoles de Ceuta y Melilla y Marruecos, en Grecia y en Bulgaria, en las fronteras con Turquía.

Otros países europeos no han optado por levantar muros. Pero todos, incluso los que no tienen frontera con países no miembros del “espacio Schengen”, multiplican los obstáculos de todo tipo para cortar el paso a los emigrantes. Los muros que rodean el emplazamiento del Eurotúnel en Calais han sido reforzados este verano, para impedir a los emigrantes acceder a la vía y cruzar a Inglaterra.

Viktor Orban pretende bloquear a los emigrantes que huyen de Pakistán, Afganistán, Irak o Siria e intentan penetrar en la Unión Europea. Pero, después de haber atravesado miles de kilómetros no están dispuestos  a detenerse. Algunos consiguen cortar la alambrada. Otros se preparan para cambiar de itinerario, y entrar en Hungría por Rumania o por Croacia, allí donde no existe todavía muro.

Pero ningún muro impedirá  a estos hombres, estas mujeres y estos niños, que huyen de los horrores de la guerra o de la miseria, intentar franquear las fronteras.