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Huelga indefinida en el servicio de basuras de Madrid

Esta madrugada del lunes 6 de noviembre, se declaró huelga indefinida en la recogida de basuras en Madrid. Los 1.600 trabajadores del servicio reclaman subidas salariales y mantenimiento del empleo. Las empresas adjudicatarias para las que trabajan mantienen una posición ‘cerrada’, con vistas a la negociación del próximo convenio. El seguimiento de la huelga alcanzó el 100%, según los sindicatos convocantes CCOO, UGT y CGT. Al día siguiente, 7 de noviembre, se ha alcanzado un acuerdo entre la patronal y los sindicatos. Los trabajadores habrían logrado varios de sus objetivos: la creación de 59 contratos indefinidos, incremento salarial de 2,5% de media y firmar 80 aumentos de categoría.

En Madrid el servicio de limpieza y recogida de basuras se lleva a cabo mediante contratos por el Ayuntamiento a empresas privadas:  Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), Unión Temporal de Empresas (UTE) UTRM2, compuesta por OHL, Valoriza, Ascan y Acciona, y la UTE entre Ferrovial y Urbaser. Estas empresas son las beneficiarias de los contratos por mantener limpia Madrid y las primeras responsables del conflicto.

Las condiciones laborales de los trabajadores de estas empresas tienen como eje la precariedad, contando con bajos salarios, pérdida de empleos, tareas que antes se hacían entre tres ahora las realiza un solo trabajador, etc. No solo eso, los trabajadores ya habían sufrido mermas laborales en el pasado. Todo como consecuencia de la forma privada del servicio, donde las empresas tienden a maximizar sus beneficios, a costa de los propios trabajadores. Estamos hablando de empresas que generan beneficios millonarios año tras año.

En noviembre de 2013, con Ana Botella en el Ayuntamiento, los trabajadores fueron a la huelga por la decisión de las empresas de ejecutar un ERE que en principio afectaría a 1.400 trabajadores de una plantilla de seis mil. Recordemos que los trabajadores, además del servicio de limpieza y recogida de basuras, realizan labores que incluyen cuidado de parques y mantenimiento de mobiliario urbano. La huelga que mantuvieron en aquel entonces causó un gran revuelo y no pasaba día en que los medios y el Ayuntamiento criticaran la actuación de los trabajadores. La propia Ana Botella declaró que el problema era entre sindicatos y empresas, cuando en realidad el verdadero origen se situaba en el contrato redactado por el Ayuntamiento.

En junio de este año se acordó otra nueva huelga indefinida, que finalmente fue desconvocada. Como vemos las condiciones laborales impuestas a estos trabajadores de limpieza nunca han sido un ejemplo de buenas prácticas.

Y de nuevo, estos nuevos contratos se firman a la baja, pero obliga a seguir unos criterios de calidad del servicio sin exigir mínimo de trabajadores, ni de maquinaria, siendo que las empresas forzarán al máximo a los trabajadores para cumplir con el servicio; lavado de manos del Ayuntamiento y uso del látigo por los patrones.

Condenamos la postura hipócrita del Ayuntamiento de Madrid, ya que la actuación de la alcaldesa Manuela Carmona, al apostar por la empresa privada apoya las condiciones laborales que ésta quiera imponer. Y no hace falta mucha imaginación para adivinar cómo van a conseguir las empresas cumplir con los objetivos de calidad por menos dinero ¿verdad?

¡Bravo por estos trabajadores, con su ejemplo se demuestra una vez más que la unión es el camino, en este caso que luchar por nuestros derechos como trabajadores es mirar al futuro, y si para ello tiene que llegar la basura al propio Ayuntamiento de Carmena, pues eso!

Han bastado dos días de huelga para que la patronal cediera. La lucha de estos trabajadores por hacer valer sus reivindicaciones debe servir de ejemplo en todos los centros de trabajo, donde la explotación es el pan nuestro de cada día.