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¡Hay que tumbar la reforma laboral! ¡La reforma laboral no se negocia, se tira a la basura!

En España han sido millones de trabajadores en activo o en paro, millones de jóvenes los que se han manifestado en todas la ciudades para decir No a la Reforma Laboral del gobierno de Rajoy. Esta Reforma está destinada a salvar y mantener los beneficios de la patronal y de los banqueros. Por ello, el éxito de las manifestaciones del 19 de febrero, tiene que ser el principio de una respuesta que continúa el día 29 y preparar las jornadas de lucha siguientes en una contraofensiva de las clases populares.

Rajoy y los suyos temen las reacciones del mundo del trabajo. Saben que sin el trabajo de los asalariados que la patronal explota, la sociedad no funciona.  Sabe que habrá movimientos de rabia  y quiere dar miedo a los que  no aceptan su política. Las declaraciones  agresivas de los políticos y sus voceros de los medios de comunicación, o la intervención de la policía no  protegerán a Rajoy, ni a sus ministros, ni a la patronal, si luchamos colectivamente y masivamente. Hace unos días éramos millones en las calles. Hace poco en Valencia las intervenciones  de la policía contra jóvenes  que protestaban contra los recortes en la escuela ha tenido respuestas masivas en diversas ciudades.

Con el 19 de febrero los sindicatos han entreabierto la puerta  a respuestas del mundo obrero. Es algo positivo, pero no basta. Hay que ir más lejos. Hay que quitarse el velo de la pasividad que nos impide ver el único camino posible para frenar estos ataques: la movilización en la calle y las luchas del mundo del trabajo en todas las empresas, en todos  los sectores para impedir los despidos etc. Las consecuencias de esta reforma para la clase trabajadora van a ser catastróficas. Pero de nosotros depende que se cambie el rumbo de esta situación. Hay que responder juntos, empezando por celebrar asambleas generales informativas y decisorias en los lugares de trabajo, en los barrios y en las secciones sindicales, para tomar la calle para organizar luchas, manifestaciones, huelgas, para hacer retroceder a la patronal y al gobierno.

También sabemos que  no podemos contar  de verdad con las grandes centrales sindicales  que se atreven a decir que esta  reforma se debe negociar. No. Se debe tirar  a la basura; los que siembran ilusiones en una mejora de esta reforma inaceptable nos mienten. Como nos han mentido cuando el PSOE estaba en el poder. Y tenemos que saber también que aunque no hay que confiar en Toxo y Méndez, hay que apoyar todas las iniciativas que ayudan al desarrollo de  manifestaciones y luchas.

Con esta reforma volvemos a las alpargatas y retrocedemos 50 años. Hay que quitarse el velo de la pasividad que nos impide ver el único camino posible para frenar estos ataques: la movilización en la calle.