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Felipe VI, agente comercial

Felipe acaba de viajar a Arabia Saudí, las maletas llenas de posibles contratos para empresas españolas. Ha alabado la cooperación entre ambos países, apoyando el proyecto de AVE entre La Meca y Medina. Lo acompañaba, además del ministro de Asuntos Exteriores y el de Fomento, el presidente de Navantia, J.M. Revuelta, cuya empresa quiere vender cinco corbetas a Riad.

Poco importa que el reino saudí sea una de las dictaduras más reaccionarias del mundo, un país que no respeta los derechos humanos y en particular los de las mujeres; que condena a blogueros a latigazos y ejecuta 150 personas al año; y que está haciendo en Yemén una guerra de terror.

El dinero no huele: los negocios son los negocios.