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Estados Unidos: Obama doblemente asegurado contra la enfermedad… ¡pero no contra el descrédito!

Obama, de vacaciones en Hawái, ha comprado una póliza sanitaria a un asegurador privado según las reglas previstas en su ley sobre “seguro de enfermedad” llamada “Obamacare”. Ha comprado el plan “bronce”, el más barato, que solo cubre el 60% de los gastos y que le cuesta 400 dólares al mes. No forma parte de los 50 millones de norteamericanos que no tienen seguro ya que los gastos médicos corren a cargo del ejército. Pero quizá ha querido tranquilizar a los que se buscan la vida sin resultado en las páginas web consagradas a esta compra, demostrando que él lo habría conseguido, o más exactamente que sus colaboradores de Washington habrían conseguido comprarle un seguro…

¡Con esta ley, aun más personas sin seguro médico!

Se suponía que la ley Obama sobre el seguro de enfermedad pondría una cobertura sanitaria de calidad al alcance de unas 50 millones de personas privadas de ella, cuando acuden a las compañías privadas. Permitir a las compañías privadas hacer un máximo de beneficios y al mismo tiempo pretender ofrecer una cobertura sanitaria accesible y universal es simple y completamente contradictorio. Y la puesta en práctica de la ley Obama desde el 1º de octubre lo demuestra sobradamente. El gobierno esperaba tres millones y medio de nuevas pólizas a efectos de 1º de enero compradas a los aseguradores privados pero Obama solo ha anunciado poco más de un millón.

Paralelamente, los aseguradores han rescindido la póliza de unos cinco millones de personas so pretexto de que estas pólizas no eran conformes a la ley. Sin embargo, Obama había afirmado que los que estaban satisfechos de su seguro podrían mantenerlo. Los aseguradores han querido así obligar a sus clientes a suscribir seguros más caros porque está comprobado que la pólizas propuestas en el marco de la ley Obama son mucho más caras, hasta el punto que el presidente acaba de reconocer que éstas pueden “no ser ya accesibles” para una parte de los que acaban de ser brutalmente excluidos de la cobertura médica. Resultado: acaba de dispensar a estas personas de la multa que caería sobre los que no tuviesen cobertura médica en 2014. Resumiendo, Obama reconoce que su sistema no ha producido una bajada de las tarifas de los aseguradores, muy al contrario, hasta el punto de que personas que tenían medios para asegurarse para la enfermedad ¡ya nos los tienen! La primera consecuencia de la ley, es que habrá todavía más personas sin cobertura médica en 2014.

Pagar un seguro médico pero sin tener cobertura contra la enfermedad.

El sistema establecido es tan poco atractivo que la mayoría de los que han comprado un seguro son sobre todo personas mayores, o enfermas, que tienen una necesidad imperiosa de una cobertura médica y que los aseguradores rechazaban hasta ahora debido a su estado de salud. Éstos están ahora obligados a aceptarlas y se quejan de que a las personas más jóvenes y con buen salud no se les apremie a suscribir un seguro médico, amenazando ya, con aumentar sus tarifas el año próximo.

Suscribir una póliza no quiere decir que uno se beneficie de una cobertura médica. En efecto los aseguradores tienen un sistema de franquicias anuales y éstos no empiezan a reembolsar los gastos más allá de la franquicia. Según un informe citado por el Wall Street Journal, la franquicia media para los planes bronce que se pueden tramitar en la página web del gobierno federal es de 5.081 dólares (alrededor de 3.000 euros) al año. ¡Un aumento del 43% en relación a las franquicias medias pagadas antes de la ley Obama! Y más allá de las franquicias, el asegurador solo reembolsa una parte de los gastos médicos, por lo tanto aquel que haya suscrito un plan bronce tiene el 40% de los gastos a su cargo. Los planes plata, oro o platino reembolsan mejor los gastos y tienen franquicias menos importantes pero primas mucho mayores. De hecho, mucha gente habrá comprado un seguro medico pero no se beneficiará siempre de la cobertura médica porque no se podrán cuidar.

Millones de personas se disponen ya a pagar la multa prevista para los que no han comprado un seguro. Y la multa en cuestión aumenta mucho de un año para otro: el 1% de sus ingresos con un mínimo de 95 dólares (73 euros) en 2014, luego el 2% de los ingresos por hogar con mínimo de 325 dólares (250 euros) en 2015, luego el 2,5% de los ingresos por hogar con un mínimo de 695 dólares (534 euros)… para convencer a todos de pagar un seguro privado.

Muy pocos beneficiarios, muchos descontentos.

La nueva ley solo beneficiará en el mejor de los casos a una pequeña minoría de personas. Mientras una parte de la población debería ser cubierta gratuitamente por una ampliación de la cobertura médica pública Medicaid concertada para los pobres y gestionada por los Estados. Ampliación que ha sido rechazada por la mitad de los Estados que tendrían que aplicarla sin que el gobierno sueñe con obligarles a hacerlo. Además, el propio gobierno federal reduce la financiación de Medicaid al mismo tiempo que propone que este programa sea extendido, por lo tanto los cuidados concertados para los enfermos serán cada vez más reducidos y de difícil acceso.

En total, el número de personas sin seguro médico va a continuar cifrándose en decenas de millones y la ley de Obama habrá constituido una enorme extorsión sobre la población, una extorsión muy beneficiosa para las compañías de seguros.

Inútil decir que la nueva ley ha provocado tantos descontentos, incluso entre los que pensaban que les daría acceso a una cobertura médica, que la cotización de Obama está bajo mínimos y que se da por ganadores a los republicanos en las elecciones del próximo noviembre.