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España ha votado contra los recortes y las mentiras

Como todos sabemos las elecciones municipales en todo el país y las autonómicas en casi todas las comunidades, excepto en Andalucía, País Vasco, Galicia y Cataluña se acaban de celebrar y estamos ahora en la maraña de los pactos.

Si estas elecciones han mostrado algo claro y rotundo es un creciente rechazo al PP por sus políticas reaccionarias, de recortes y ataques a los trabajadores y a la población en general al tiempo que se han sucedido los escándalos de corrupción, los desfalcos, las mentiras y todos han comprendido que desde hace muchos años el PP es un partido que se ha financiado de forma ilegal.

De nada le ha servido a Rajoy pregonar una y otra vez que estamos saliendo de la crisis, que el empleo está subiendo en España, y las maravillas que ha hecho su gobierno en unos momentos tan “difíciles”. Ahora, dado los malos resultados electorales, hay numerosas críticas internas desde sus propias filas y algunos dirigentes del PP piden que se vaya Rajoy y se renueven las caras. Aun así, a muchos parece increíble que el PP siga teniendo en España unos 6 millones de votantes.

Pero las consecuencias no han sido solo para el PP; también los socialistas han perdido alrededor de 1 millón de votos, aunque para muchos se han mantenido a flote, siendo el partido de “izquierda” más votado. De todas formas, en muchos municipios y comunidades tendrán que pactar para conseguir gobiernos. Y respecto a Izquierda Unida, de su ya debilitada base electoral, ha perdido aún unos 382.000 votos, aunque no ha sido borrada del mapa político, como muchos auguraban. Ciudadanos y Podemos confirman su presencia como partidos políticos en muchas regiones, con un buen resultado de Podemos sobre todo en Barcelona y Madrid, dónde iban en coalición con otras agrupaciones y partidos. Si se puede decir que Ciudadanos ha robado votos al PP –muchos consideran a Ciudadanos como la marca blanca del PP-, Podemos ha recogido el voto de miles de personas que no aceptan más los sacrificios impuestos por el gobierno a la población.

A la hora que escribimos, las reuniones y pactos entre partidos están a la orden del día, con múltiples combinaciones y con la vista puesta en las próximas elecciones generales, a finales de año.

Pero lo realmente importante sería que todos aquellos que han votado sinceramente para parar los ataques a la población, para frenar el deterioro laboral y social en el que estamos inmersos, todos los que no están dispuestos a seguir soportando que la crisis que han provocado capitalistas y banqueros, la pague la población y los trabajadores, no se conformen con haber expresado tal voluntad mediante una papeleta de voto y salgan a la calle reivindicando objetivos que a todos nos unen, que son fundamentales en estos momentos, como pueden ser ¡por el pan, el trabajo y la vivienda!

Dice Podemos que si el PSOE da un giro, pueden entenderse. Pero esperar a que el partido socialista se convierta en un verdadero partido del pueblo, es una ilusión vana. Toda su historia lo demuestra.

Expresar nuestra voluntad en las urnas es un ejercicio democrático que se hace cada 4 años; insuficiente por sí solo para cambiar de fondo las condiciones que nos aplastan hoy día, fruto del sistema económico imperante, el capitalismo. Por ello es necesario hoy más que nunca que la lucha vuelva a la calle porque desde un ayuntamiento o parlamento se puede conseguir mejorar tal o cual aspecto, cambiar ciertas leyes, pero difícilmente se conseguirán cambios profundos únicamente a través de las instituciones. Sin la presión de la calle no puede haber verdaderos cambios; si nos quedamos en ello, únicamente habremos cambiado la cara de algunos dirigentes, sin acabar con el capitalismo.