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Elecciones en Galicia y Euskadi, más de lo mismo

Los resultados de las elecciones servirán de test para las próximas maniobras entre los partidos para las elecciones generales o pactos para gobierno. Más de 2,2 millones de electores en Galicia, y de 1,7 del País Vasco han mostrado su opinión electoral.

Los resultados muestran que en Galicia el PP con Feijoo repite mayoría absoluta, En Marea (Podemos) segundos en votos, gana 5 parlamentarios; los socialistas pierden 4 y el BNG pierde uno. En el País Vasco repite la mayoría minoritaria del PNV con 29 escaños, le sigue Bildu que ha perdido 4, Podemos, terceros, 11, y los socialistas pierden 7. Lo cual significa que el electorado de derecha sigue fiel al PP en Galicia pero sin olvidar que obtiene la mayoría con el 30% del cuerpo electoral. El PSOE cae en picado y Podemos y sus aliados suben y Ciudadanos no arranca votos del PP y se queda fuera.

El hartazgo de la población trabajadora de los socialistas y de los “políticos”, como se habla vulgarmente, se manifiesta por la abstención y los votos en blanco y nulos, en Galicia de más del 38% y en el País Vasco el 39% y por la caída del PSOE que paga su política derechista.

Para el PSOE y su líder Sánchez arriesgarse a unas nuevas elecciones sería perder mucho más. Abstenerse y dejar al PP gobernar le haría cómplice de sus políticas y buscar un gobierno con Podemos y los nacionalistas sería una opción muy arriesgada. Es el descontento de las clases populares por la crisis y la política antiobrera de los socialistas el motivo de esta recomposición electoral en la izquierda.

El problema de fondo es que las elecciones no van a resolver la realidad de la crisis de la sociedad capitalista. Porque el poder real está en manos de los banqueros, terratenientes y grandes empresarios que usan a sus partidos y políticos para gestionar sus negocios. Es imposible en el Estado actual y sus instituciones cambiar nada en profundidad. La clase trabajadora tendrá más tarde o más temprano que organizarse para terminar con el poder del capital, expropiando los medios de producción y organizando una verdadera democracia de trabajadores sin capitalistas.