Saltar al contenido

El tifón es natural pero la catástrofe es social

filipinas

La catástrofe es natural, pero el número de víctimas y los daños materiales son considerablemente amplificados por la situación social del país.

Solo se  puede quedar uno pasmado ante los desastres provocados por el tifón que ha golpeado a Filipinas. Pero  si la catástrofe es natural, el número de víctimas y los daños materiales son considerablemente amplificados por la situación social del país. Un tercio de los habitantes de Filipinas sobrevive con menos de un dólar al día en casas improvisadas. Durante todo el año la distribución de agua y la sanidad, privatizadas, son inaccesibles para la mayoría de la población.

El ejército filipino y su tutor americano, ambos omnipresentes, disponen de medios logísticos enormes que podrían ser puestos sin demora a disposición de los supervivientes. Pero su prioridad es el mantenimiento del orden. Una vez más, la población deberá contar en primer lugar consigo misma.

Grandes potencias criminales

La respuesta de las grandes potencias a la situación de urgencia en Filipinas, donde centenares de miles de personas están heridas, sin refugio, privadas de agua, de alimentos y de electricidad, es irrisoria. Hasta este momento, los Estados Unidos han enviado 90 marines y ocho helicópteros. En cuanto a la Unión Europea, ésta ha prometido la suma de ¡tres millones de euros! (Solo los Juegos Olímpicos de Londres de 2012 han costado de 6.000 a 7.000 millones). Sin embargo los gobiernos de los países ricos tienen los medios para intervenir: movilizando sus ejércitos, su material militar, o sus flotas aéreas.

Pero todo esto no tiene por objetivo acudir en ayuda a las Filipinas afectadas por la catástrofe.

Traducción de un artículo de Lutte Ouvrière por F.P.