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Debates y campaña electoral en Andalucía: ¡Hace falta un programa de lucha para la clase obrera!

Tras el segundo debate electoral podemos saber lo que nos espera. Los trabajadores pudieron sacar en limpio del debate que la derecha tiene muy clara su política contra la clase trabajadora. Vox sacó su demagogia reaccionaria, racista y machista para dividir a los trabajadores, postulándose como vicepresidenta con el PP y el PSOE, como siempre, queriendo aparentar que lucha contra la derecha para después hacer lo mismo. Y lo decepcionante: a la izquierda del PSOE nadie se reclamó de la clase trabajadora, ni denunció el capitalismo, ni el corrupto régimen. Ninguna de las opciones políticas se planta diciendo la verdad: que desde ningún parlamento, desde ninguna tribuna, se puede mejorar la vida de los trabajadores, si estos no luchan. Que es necesario un partido obrero propio dónde ellos mismos se organicen y preparen para imponer sus exigencias.

Los tres candidatos de la derecha, incluido Vox, están cortados por la misma tijera; Ciudadanos se postula como el garante de la estabilidad de gobierno que PP necesitará probablemente y su estrategia electoral es vender la gestión que han llevado a cabo en los últimos años, negando incluso que en Andalucía se hubiesen realizado recortes.  A Vox, -no hay que olvidar que es el partido resultante de una escisión en el PP- , a pesar de toda su verborrea racista y machista, todas las encuestas le auguran crecimiento y el presidente Bonilla, del PP, fue a decir poco, a darse autobombo y a decir que aspira a gobernar en solitario, aunque a nadie se le escapa que pactará con el mismísimo diablo, si le hiciese falta.

Desde la “izquierda”, tres cuartos de lo mismo: ninguno de los candidatos atacó al otro de forma contundente, previendo posibles pactos, aunque Teresa Rodríguez no se pronunció sobre el tema, dejándolo en el aire. Pero presumiblemente, se vote a quién se vote, dentro del espectro de la izquierda, los pactos colocarían a Espadas de presidente, si los vientos le son favorables. ¡Y ya conocemos los más de 40 años socialistas en el gobierno autonómico!

A la izquierda del PSOE, la candidata Inma Nieto –de la nueva coalición de partidos “Por Andalucía” – se ha dedicado en los dos debates a glosar los “logros” de la ministra Yolanda Díaz y de su reforma laboral. Por su parte, Teresa Rodríguez de “Adelante Andalucía” fue la única que se ha atrevido a plantarle cara a Olona de Vox y también a criticar al “gobierno de progreso” por mandar tanquetas contra los trabajadores del metal de Cádiz para acallar sus protestas.  Sin embargo, ofrecer como solución de los problemas una soberanía andaluza –para que se nos escuche en Madrid- significa situarse en el campo del reformismo y no en una perspectiva de clase; un reformismo que, por cierto, hace mucho daño a la clase trabajadora pues vende la falsa ilusión de que con “nuevas políticas fiscales”, “nuevos modelos productivos”… se puede acabar con los problemas de los trabajadores y mejorar el sistema capitalista.

Con este panorama, es fácil concluir que hoy más que nunca, es necesario construir un partido de la clase trabajadora, independiente, que combata las políticas empresariales con un programa de lucha, con un programa de clase que no haga concesiones, y cuyas medidas sean la subida inmediata de los salarios según el aumento del IPC, el reparto del trabajo sin bajar los salarios, y una denuncia implacable del capitalismo pues ninguna conquista es permanente bajo este sistema. Luchar para sentar las bases de otra sociedad, libre no solo de carbono, sino libre de beneficios especuladores, libre de explotación, libre de precariedad no viene en ningún programa, así se busque con lupa.

No hay un solo euro de beneficio empresarial que no salga de la espalda de un trabajador, de un empleado, de un autónomo, es decir, de la clase trabajadora en última instancia. En el pasado los trabajadores fueron conscientes de esto, del gran poder que por ello tienen, y se organizaron para luchar, para presionar la vida política; es necesario, retomar este camino de lucha y crear el partido independiente de la clase trabajadora, que difunda la conciencia de que los trabajadores son capaces de organizar la vida colectiva mucho mejor que la gran burguesía, que solo sirve a sus dividendos e intereses.