Saltar al contenido

Comités de fábricas, soviets, el poder obrero. Centenario de la Revolución Rusa

En abril de 1917, después de algo más de un mes de la victoria de la revolución en Petrogrado y la abdicación del Zar Nicolás II, los trabajadores se organizan cada vez más independientemente del gobierno provisional, y a menudo incluso, contra la voluntad de este. Eligen comités a nivel de talleres, de fábricas, de barrios obreros y de ciudades; estos son lugares de debate donde cada uno se expresa y aprende, pero también instancias de decisión dónde se afirmaba el poder y la conciencia de la clase obrera.
Un trabajador cuenta cómo se creó el Soviet de su ciudad, Saratov, a 850 km de Moscú, y cómo extiende su influencia: “Hace cinco días que se organizó el Soviet de diputados obreros y soldados aquí. Pero parece que han pasado muchos años. Todo cambió. Las masas se organizan con gran espontaneidad. Un trabajo febril reina por todas partes. Los últimos vestigios de este pasado tan reciente como distante caen.  Se edifica y se construye una nueva vida, un nuevo orden. (…) El Soviet de diputados obreros se organizó en 24 horas. En la primera reunión ya había representantes de 49 empresas, 88 personas. En la actualidad, podemos decir que todas las empresas de Saratov están representadas en el Sóviet (…)
Lenin, exiliado, intentaba hacer ver que sería un gran paso atrás depositar la confianza en el gobierno provisional. El 6 de marzo telegrafía: “Nuestra táctica: desconfianza absoluta, negar todo apoyo al Gobierno provisional…; no hay más garantía que armar al proletariado”.
Lenin no se cansó de pedir todo el poder para los soviets, de proclamar que la guerra en la que se estaba inmersos (1ªGuerra Mundial) era una guerra de rapiña, imperialista y de que no había que dar ningún apoyo al gobierno burgués; pacientemente había que explicar que este gobierno no iba a a hacer la reforma agraria, ni renunciar a la guerra, ni a mejorar las condiciones de vida del pueblo. Así pues el armamento del pueblo, esclarecer los errores y eliminar las concepciones reformistas de la revolución, eran las tareas inmediatas para Lenin.
La vuelta de Lenin a Rusia significó también un cambio radical en las posiciones del partido bolchevique –todavía llamado Partido Socialdemócrata-. Este cambio viene expresado en las llamadas Tesis de Abril. Éstas no son más que un programa de transición al socialismo y a la conquista del poder en octubre por los soviets. Su capacidad excepcional de dirigente revolucionario supo comprender el estado de conciencia política de las masas obreras y campesinas. En las Tesis, Lenin propone que se agite y se explique que no hay que apoyar en ningún caso al gobierno provisional y a la guerra imperialista, que el poder debe pasar a una república de obreros y campesinos, es decir a los soviets, y que aunque todavía no es socialismo el control obrero y de la producción por los trabajadores debe ser realizado. Este programa significó la transición hacia octubre, la primera revolución socialista de la historia.