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ARDE TROYA

     Ya va siendo habitual, ver los autobuses  urbanos ardiendo por las calles de Sevilla, además de verlos parados con los triángulos de avería. Lo del último día fue un espectáculo;  si no fuera porque la Expo del 92 finalizó hace tiempo, creeríamos que era el espectáculo del lago con los fuegos artificiales a pleno rendimiento.

     Este autobús ardió entero; cuando los bomberos sofocaron el incendio, el autobús parecía la ceniza de un puro habano. Ahora la Dirección quiere contentarnos, publicando unos avisos en la toma de servicio, advirtiéndonos que avisemos al centro de control si observamos en el cuadro de control algún testigo de avería. Quieren achacar el problema a las deficiencias de un tipo de autobús en uno de sus alternadores y no quieren reconocer la falta de mantenimiento.

     ¡Sólo basta darse una vuelta por el patio, para ver las manchas de aceite en el suelo!