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Alemania: tras las elecciones legislativas

Tras los resultados electorales del 24 de septiembre, Alemania parece que va a entrar en un periodo políticamente menos estable. El partido de Angela Merkel CDU/CSU, ganador, pero con resultdos a la baja, no lo va a tener tan fácil para formar coaliciones de gobierno.
Sobre todo el paisaje ha cambiado por la entrada en el Parlamento de diputados del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AFD) que ha recogido 12’6% de los votos. AFD, al contrario de lo que hace en francia el Frente Nacional de le Pen, ha llevado a cabo una campaña abyecta, radicalizando su discurso, marcado por provocaciones, injurias racistas, sexistas e incluso con cierta complacencia con su pasado nazi. Igualmente ha personalizado su campaña contra la canciller Angela Merkel abucheándola en los mítines, prometiendo castigarla o por lo menos meterla en la cárcel por haber abierto “ilegalmente” Alemania a los refugiados en 2015.
Más allá del tema de los refugiados, de cierto sentimiento anti-inmigrantes que también progresa en Alemania, la AFD alienta un sentimiento de cólera que existe contra el discurso oficial de Merkel de “todo irá bien en Alemania”.
La AFD con su campaña acaba de rebasar brutalmente los límites de lo que hasta ahora se podía decir. Este primer éxito de la extrema derecha a escala nacional tendrá consecuencias políticas. Una derechización que ya se nota, probablemente va a agravarse en los meses por venir.
El partido de Merkel CDU/CSU, todavía va en cabeza, a pesar de llevar ya 3 mandatos y 12 años en el poder. Pero con el 33% de los votos no sólo obtiene menos de lo que indicaban los sondeos, sino que son 25 millones de votos menos que en 2013.
Esto no solo se explica por el tema de los refugiados; la realidad es más compleja. Ya desde las elecciones de 2009 la CDU viene perdiendo votos y aún no había llegado el millón de refugiados; pero la población trabajadora mostró así su rechazo a la miseria y la precariedad que cada vez degradan más las condiciones de vida.
Una parte de estos electores perdidos por CDU/CSU han votado esta vez por AFD, algunos por protestar, otros por adhesión. Otros han elegido votar por el partido liberal FDP, estos últimos, generalmente procedentes de la pequeña burguesía, protestan contra lo que consideran una política muy a la izquierda, muy social-demócrata de Merkel, muy protectora para su gusto de los trabajadores y no lo bastante favorable a la patronal. Estas ideas salen reforzadas tras el escrutinio y los dirigentes buscarán satisfacerlas en algún modo en el futuro.
En cuanto al SPD (partido socialdemócrata) con el 20% de los votos, sigue su caída habiendo tenido su peor resultado electoral; su candidato enseguida ha declarado que no gobernará con la CDU/CSU y pasarán a la oposición. Continuar siendo partener menor de una gran coalición, como en los últimos años, significaría muy probablemenre su suicidio. El SPD intenta pues una cura con la oposición, pero nadie dice que vaya a ser una cura exitosa.
En cuanto a otras formaciones, Die dinke (la llamada izquierda radical) los Verdes, FDP que los sondeos daban resultados irrisorios, obtuvieron alrededor del 10%.
Pero el tercer puesto se lo ha llevado la AFD y esto es lo más remarcable de la elección.
Las negociaciones ya han empezado para formar gobierno entre FDP, Verdes, CDU y CSU; en muchos puntos, como en el tema de los refugiados, es un poco la unión de los contrarios entre los Verdes favorables a su acogida y la CSU próxima de ciertas posiciones de la AFD.
Pero estando tan cerca del poder, no está dicho que unos y otros vayan a pararse por tan poco.