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Alemania: ¿el salario mínimo, un progreso?

Tres meses después de las elecciones, los dos principales partidos gubernamentales, CDU (derecha) y SPD (socialdemócratas), han presentado su acuerdo de gobierno de “gran coalición”, en el cual se presenta la introducción de un salario mínimo como la gran medida en favor de los trabajadores.

Los últimos años, para intentar frenar un poco la bajada de salarios, los sindicatos han negociado salarios mínimos de sector. Pero no existe en Alemania un salario mínimo generalizado, que se aplique en todo el país y a todos los asalariados.

En algunos sectores y en las regiones más pobres, muchos trabajadores, por ejemplo en el trabajo en el hogar, la seguridad, la hostelería, peluquerías o la restauración, cobran salarios de miseria, a veces de entre tres a cinco euros a la hora. Menos de cinco euros, es también lo que ganan frecuentemente los obreros inmigrantes que, venidos de Polonia o de Rumania, curran en la construcción, los mataderos o las carnicerías industriales, a menudo con jornadas de diez a doce horas en unas condiciones muy duras, durmiendo amontonados en viviendas insalubres y minúsculas, por las cuales el patrón le retiene una buena parte de la paga. En estas condiciones y a la vista de los escándalos provocados por la suerte de algunos obreros, la reivindicación de un salario mínimo está presente en el debate público desde hace meses.

A primera vista, el acuerdo de coalición prevé que en un año, en enero de 2015, el salario mínimo para el conjunto del país se vuelva obligatorio. Pero será un mini-salario de 8,50 euros brutos a la hora.

Ahora bien, en todos los sectores que recientemente han introducido un salario mínimo interprofesional, éste es más elevado. Ha sido la gran decepción de los obreros de estos sectores, que esperaban de la medida una pequeña subida salarial también para ellos.

¿Este salario mínimo permitirá al menos mejorar la situación de los trabajadores más pobres? Ni siquiera eso es seguro, porque los sectores que han encontrado en 2013 o encuentren en 2014 un sindicato para firmar un convenio colectivo podrán por lo mismo excluirse de la nueva ley y del salario durante dos años extras. En claro, el salario mínimo solo deberá aplicarse realmente en 2017, ¡dentro de tres años!

Y sobre todo, están las excepciones que serán en adelante prometidas a la patronal en algunos gremios, donde tendrá derecho a continuar pagando por debajo del salario mínimo, incluso después de 2017. Y precisamente en los sectores donde los trabajadores están especialmente expuestos, mal pagados, y tendrían urgente necesidad de un salario mínimo.

Incluso para los sectores que no están exentos, y aunque el salario mínimo esté por ley, será necesario la movilización de los trabajadores para hacerlo respetar. Como prueba: cuando un salario mínimo de rama fue introducido en el sector de trabajo en el hogar en 2007, los patrones despidieron empleadas y aumentaron la superficie horaria a limpiar. En lugar de ser mejor pagadas, deben trabajar todavía más deprisa, o hacer horas extras no pagadas.

Así pues, para que este salario mínimo no pueda ser utilizado como una nueva arma contra los trabajadores, como un pretexto para intensificar el ritmo de trabajo o para imponer una congelación de salarios (esperando que el salario mínimo les alcance), en un palabra para que pueda representar un avance, será necesario que los trabajadores se defiendan e impongan por si mismos aumentos salariales.