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Abengoa: los sindicatos aseguran que no habrá ERE mientras la sangría de despidos continúa

En el complejo Palmas Altas, sede central de Abengoa, es obligatorio quedarse a comer (el precio del menú se descuenta de la nómina) y a la jornada laboral hay que añadirle, por defecto, un par de horas. No hay comité de empresa, aunque la plantilla supera las 2000 personas y la incertidumbre y el miedo se han instaurado en los trabajadores.

Las reminiscencias del franquismo, que aún perduran en la multinacional sevillana, las observamos en su gestión autoritaria, los controles asfixiantes hacia los trabajadores (incluso si te vas por propia voluntad te interrogan para indagar en los motivos) y en su férrea «bunkerización» frente a la organización sindical. Es, fundamentalmente, la falta de comité de empresa lo que hace casi imposible, conocer la cifra actual de compañeros despedidos.

Los primeros despidos se están dando en las filiales extranjeras porque de hacerlo aquí en plena campaña electoral y vísperas de Navidad la repercusión hubiera sido mucho peor, aunque alrededor de 500 trabajadores han sido ya despedidos en Sevilla, según informan algunos compañeros de la empresa. Sin previo aviso y coincidiendo con el final de la jornada laboral se comunica, al compañero despedido, el cese en la empresa y se le da 60 minutos para recoger sus cosas y abandonar las instalaciones. Los Benjumea son burguesía que vienen del campo y hacen las cosas así; soberbios, controladores, tiranos.

Desde su fundación en 1941 , en los albores del franquismo, Abengoa se dirigió con esquemas señoriales, respaldada primero, por el dictador y más tarde por las diferentes administraciones del Estado. Su relación con la nobleza también ha sido buena y ello podemos constatarlo en los consejos de administración de la multinacional; condes, marqueses el noveno Duque de Wellington ocupan puestos en ellos. El Rey Juan Carlos I creó, en 1994, el Marquesado de Puebla de Cazalla en favor de Javier Benjumea, fundador de Abengoa. Carlos de Borbón-Dos Sicilias (primo del Rey Juan Carlos) fue consejero durante una década, Carlos de Inglaterra y su mujer o el Duque de Alba figuran en los consejos o en la fundación de Abengoa.<:p>

Tras la reunión mantenida con la dirección de la empresa, los sindicatos CCOO y UGT descartan el ERE y confían en que el plan de viabilidad asegure los puestos de trabajo y esperan que regresen los temporales pero los trabajadores desconfían y se preguntan por qué no se ha hecho nada, durante todos estos años, ante la indefensión de miles trabajadores, se preguntan también por qué no se denunció esta situación.

Los compañeros de Abengoa recelan y creen que habrán muchos más despidos; los trabajadores afiliados «clandestinamente», o sea, sin conocimiento de la empresa, aseguran que las únicas circulares que les llegaban eran las de las residencias de tiempo libre y de clínicas dentales y que solo ven acercarse a los dirigentes sindicales cuando huelen dinero de las indemnizaciones.

¡Qué años aquellos en que los sindicatos eran los trabajadores organizados y dispuestos a la lucha! ¡Recuperemos tradiciones!

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