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Los banqueros eufóricos no engañan a nadie

Las declaraciones eufóricas de uno de los mayores financieros españoles, Emilio Botín, del Banco de Santander, expresan claramente lo que para los capitalistas es la crisis económica. Para Botín la economía española va extraordinariamente bien. Los beneficios de su banco y del resto de los capitalistas son el final de la crisis. Botín ha hecho de portavoz de la gran burguesía y de su gobierno. Sin embargo, sus declaraciones no engañan a nadie. La recuperación económica de la que habla no es más que los beneficios sacados de la explotación de los trabajadores y de las clases populares que pagan con recortes, paro, bajos salarios y precariedad sus ganancias. Todos los sacrificios sociales, el crimen de los recortes en la sanidad o en educación, y en general la situación social que sufre la sociedad son esos beneficios de los que el banquero habla.

Además, el auge de la bolsa, a la que se refieren los políticos y periodistas al servicio de los banqueros y grandes empresarios, no es más que un negocio especulativo con acciones y activos inmobiliarios que son gangas y que dentro de un tiempo venderán para obtener más beneficios. El capitalismo es un sistema cada día más parasitario que en lugar de producir bienes útiles se dedica al negocio usurero, especulativo y al robo social de los intereses de los préstamos y compra-venta de acciones.

En realidad es el poder político y económico de esta gran burguesía la que nos está aplastando. Es el dominio de la llamada oligarquía financiera y empresarial española y la componen una treintena de familias que dominan la economía. Estos oligarcas de la burguesía reciben subvenciones del Estado, evaden y no pagan impuestos, son protegidos judicialmente e indultados -como Emilio Botín por los gobiernos, en este caso de Zapatero, o Blesa de Bankia o Rodrigo Rato- despiden a miles de trabajadores, bajan los salarios y precarizan los empleos. Y se llevan el 50% de los beneficios producidos por todos los trabajadores y las clases populares en un robo social que ellos llaman beneficios empresariales. En una sociedad donde hay 6 millones de parados, 17 millones de trabajadores activos y 3 millones de autónomos, donde todos producimos la riqueza social a través del trabajo, esta oligarquía mantiene su poder económico y político a costa de un régimen social que se llama capitalismo y que tiene al Estado a su servicio. La política de ataques contra la sociedad y los trabajadores del gobierno Rajoy no es más que la política de esta oligarquía que intenta mantener su sistema económico y social a toda costa.

Sin embargo, este sistema económico es ya una catástrofe social para toda la sociedad y la humanidad. No podemos mantenerlo si no queremos destruir la sociedad. Acabar con este sistema necesita de la unión de todos los trabajadores en lucha, la conciencia social colectiva que busque paso a paso, lucha a lucha, frenar los ataques de Rajoy y su gobierno y preparar las condiciones de desplazar a esta oligarquía ladrona para imponer un régimen social donde los trabajadores sean dueños de la economía, de las empresas, del sistema financiero colectivamente y se planifique la economía, las inversiones, la producción de acuerdo a las necesidades de todos, democráticamente y sin dogales. Es la única salida. Socialismo o barbarie.