Saltar al contenido

5 años después del la quiebra del banco Lehman-Brothers: de una crisis a otra…

     El 15  de septiembre de 2008 quebraba Lehman-Brothers, el segundo mayor banco de inversiones americano, amenazando con hacer caer a todos los grandes bancos con los que tenía múltiples lazos financieros. Los gobiernos, entonces, acudieron al auxilio de sus banqueros con dinero público, haciendo que los déficits y el endeudamiento de los Estados se disparasen. Y al mismo tiempo empujando a los Estados más vulnerables en brazos de los especuladores.

     La crisis de los bancos hundió al mundo en la recesión. Con el pretexto de fomentar el crédito a las empresas y hogares, para así relanzar la economía, los bancos centrales –americano, europeo, británico o japonés- empezaron a lanzar miles de millones a menos del 1% de interés. Dice la prensa que desde el comienzo de la crisis la Reserva Federal – el banco central norteamericano- ha inyectado 3 billones de dólares sobre los mercados financieros. De igual forma el Banco Central Europeo -BCE- tan solo en 2012, ha prestado a los bancos europeos 1 billón, con “b”, de euros, a un interés del 1%. Dinero que no está sometido a ninguna condición ni control y con el que los bancos pueden hacer lo que quieran.

     Y en lugar de financiar la economía, los miles de millones  vertidos por los bancos centrales han continuado alimentando la especulación, al acecho de oportunidades sobre las distintas monedas, sobre las acciones, sobre las materias primas, sobre la deuda de los Estados, etc. Todo, salvo la economía real.

      Los bancos dan la apariencia de estar más saneados. Sólo son apariencias.

      Recientemente publicaba la prensa el hecho de que los bancos europeos “esconden bajo el secreto de sus balances, numerosos activos dudosos heredados de los excesos de mediados del 2000”. Estos activos dudosos, es decir, basura, sin valor ninguno, representarían del orden de 1 billón, con “b”, de euros y constituyen una verdadera bomba de relojería, que puede estallar de un momento a otro.

     Desde el 2008, los distintos gobiernos han multiplicado sus promesas de regulación de los bancos para impedir la especulación, se llenan la boca hablando de “transparencia”. De estas promesas, nada o casi nada. Pues hay que decir, que gran parte de las operaciones bancarias escapan a toda forma de regulación: se trata de actividades “ocultas” de los bancos, de organismos financieros que actúan por mutuo acuerdo, banco a banco y que no pasan por el control de las autoridades bancarias. Cuánto más hablan los Estados de transparencia en los bancos “oficiales”, más prosperan estos establecimientos ocultos, pero entre ellos hay lazos múltiples. Estos organismos “ocultos” son bien conocidos por las autoridades; como también eran conocidas las operaciones de especulación sin control que están en el origen de la crisis de las subprimes de 2007-2008 y de la crisis bancaria que fue su consecuencia.

     5 años después de la quiebra de Lehman Brothers, todos los comentaristas –profesionales de la finanza y periodistas- reconocen que la crisis abierta está lejos de terminarse. Se reúnen todas las condiciones para que estalle una nueva crisis que prolongue y agrave esta que tuvo sus comienzos en 2008, por las mismas razones y con los mismos responsables: los banqueros.